En medio del aislamiento preventivo obligatorio establecido por el Gobierno nacional por la pandemia COVID-19, la Unidad para las Víctimas expondrá una metodología virtual a este colectivo para dar continuidad al proceso. La formulación del Plan de reparación integral es la siguiente fase que iniciará la Diócesis de Arauca, como Sujeto de Reparación Colectiva (SRC), tras identificarse los daños causados por el conflicto armado contra esta comunidad religiosa.
Torturas, secuestros, asesinatos, amenazas y desplazamientos fueron algunos de los daños causados a la misión evangelizadora en Arauca por actores armados ilegales. El homicidio del obispo Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, en 1989, por el frente Domingo Laín del ELN (Ejército de Liberación Nacional), se convirtió en uno de los hechos violentos más atroces para la iglesia católica en Colombia.
Al asesinato del prelado, se sumaron los homicidios de otros cuatro sacerdotes en este departamento: Raúl de Jesús Cuervo Arias (en el municipio de Fortul, en octubre de 1985), Jesús Manuel Serrano (capellán de la policía de Arauca, en julio de 1998), José Rubín Rodríguez (párroco de La Salina) y Saulo Carreño (párroco de la iglesia Cristo Rey del municipio de Saravena). Los dos últimos, en distintos días de noviembre de 2003.
Estos hechos violentos llevaron a la Diócesis de Arauca a ser la primera comunidad de este tipo en ser reconocida como Sujeto de Reparación Colectiva.
Sobre el particular, la directora de la Unidad para las Víctimas en Norte de Santander y Arauca, Alicia María Rojas, destacó el perdón hacia los victimarios que han expresado los integrantes de este SRC: “Son un ejemplo grande de reconciliación, de esperanza en medio del dolor, no es fácil sanar las heridas dejadas por la violencia pero hoy la Diócesis de Arauca da un paso más en la reconstrucción del tejido social y de paz en nuestro país”.
La funcionaria, explicó que en los próximos días se realizará un encuentro virtual en el que “vamos a presentar una propuesta con la metodología del plan de formulación, teniendo en cuenta las actuales condiciones sanitarias que enfrentamos por el covid-19. En medio de esta situación queremos dar continuidad, avanzar con este sujeto de reparación colectiva en el marco de nuestras funciones institucionales para el cumplimiento de la ley 1448″.
Por último, Rojas explicó que con la comunidad religiosa, la Unidad para las Víctimas ha implementado la fase de identificación, alistamiento, identificación del daño a través del diagnóstico, lo que genera la nueva etapa del plan integral de reparación.
