Ex militantes de esa guerrilla analizan las prioridades de la mesa de Quito el próximo año. Felipe Torres o Carlos Arturo Velandia, ex militante de esa guerrilla y ahora gestor de paz señala que los cambios en el equipo negociador del gobierno deben significar más agilidad y confianza en la negociación para que antes de que termine el gobierno de Juan Manuel Santos haya acuerdos claros e implementados que permitan culminar la etapa de negociación.
Sobre los retos urgentes de la mesa de Quito manifestó que en primera medida se debe prorrogar el cese el fuego bilateral hasta el siete de agosto de 2018 para garantizar unas elecciones en calma y una negociación sin la presión del conflicto.
Para este tema en específico señaló que se deben simplificar las condiciones del cese, con unas condiciones para los dos partes, que sean fáciles de cumplir para que de esa forma se pueda verificar y así evitar los desencuentros que tuvo esta primera fase.
En segundo lugar plantea la necesidad de que el equipo negociador del Eln también se refresque y que además incluya a los jefes de todos los frentes de esa guerrilla con el fin de que haya unidad frente a la mesa de diálogo y las decisiones no tarden meses en ser socializadas y adoptadas.
En tercer lugar dice que lo más importante ahora es blindar la mesa de la coyuntura electoral y avanzar sin importar los resultados de las elecciones parlamentarias o el ambiente que rodee la campaña presidencial.
Para Antonio Sanguino, también ex militante del Eln, concejal de Bogotá y ahora aspirante al senado por la Alianza Verde la prioridad debe ser definir la prorroga del cese bilateral y que los delegados de la guerrilla en Quito se comprometan a un desescalamiento de acciones militares que incluyan su no permanencia en cascos urbanos o veredas donde la población civil se pueda ver afectada por su presencia.
Añadió que resulta urgente avanzar en los temas de la agenda para que el siguiente gobierno encuentre un proceso de paz irreversible y en proceso de implementación.
