Durante más de 10 horas los familiares de las víctimas de falsos positivos, perpetrados por militares que hicieron parte de la Brigada XVI del Ejército, con sede en Yopal, Casanare, escucharon de la voz de los militares responsables de estos crímenes quienes contaron como asesinaron a sus seres queridos por premios, permisos, cursos, ascensos.
“Se suponía el pago de dos millones de pesos para un informante, pero realmente ese dinero nunca se pagó, con ese dinero se compraron más armas, para ser plantadas a sus familiares asesinados”.
“El mal llamado kit que era un revólver, panfletos, o radios o explosivos, para colocarle al cuerpo para hacer parecer que era un combate, cuando no lo era. Llegábamos a ese lugar, y un soldado se colocaba un guante de cirugía, le ponía el revólver en la mano a la persona que habíamos asesinado y lo hacíamos disparar para que esta persona quedara con huellas de pólvora”.
Con vergüenza los militares reconocieron ante las víctimas que sus actos no tuvieron valentía, que son cobardes por asesinar a personas inocentes.
“Reconozco que manche el nombre de sus familiares haciéndolos ver cómo miembros de grupos ilegales. No son bajas en combate, son asesinatos, perdimos el rumbo”.
“Me convertí en un criminal de guerra, violador de derechos humanos. Crímenes donde les arrebate la vida a sus familias, donde hoy puedo decir que ninguno de ellos era ni combatiente, ni delincuente”.
Varios militares señalaron que recibieron órdenes para matar a civiles del general en retiro Henry William Torres Escalante, quien tendrá su intervención en la segunda jornada ante la Jurisdicción Especial para la Paz, de la audiencia de reconocimiento de responsabilidad en 296 casos de falsos positivos que constituyeron crímenes de guerra y de lesa humanidad.
