En Arauca, donde la cotidianidad transcurre entre los desafíos de la seguridad, las urgencias sociales y las limitaciones económicas, el 2025 dejó una conclusión clara: la vida pública del departamento estuvo marcada por el ejercicio del poder institucional en un contexto adverso. En ese escenario, el nombre que concentró la agenda política, social y administrativa fue el del gobernador Renson de Jesús Martínez Prada, quien, por su protagonismo y gestión, se perfila como el Personaje del Año en Arauca.
No se trata de un reconocimiento automático ni complaciente. Ser la máxima autoridad departamental en Arauca implica gobernar un territorio históricamente golpeado por el conflicto armado, con profundas brechas sociales y una ciudadanía cada vez más atenta al uso de los recursos públicos. En 2025, la gestión de Martínez Prada fue visible y decisiva en la orientación de las políticas públicas, marcando el rumbo del debate regional.
Durante el año, su administración lideró gestiones de inversión social de alto impacto, entre ellas convenios para el mejoramiento de vivienda que movilizaron recursos por miles de millones de pesos, en articulación con el Gobierno Nacional. Paralelamente, encabezó mesas de trabajo sectoriales con ministros y entidades nacionales en áreas estratégicas como transporte, infraestructura y energía, buscando canalizar recursos y proyectos para un departamento históricamente marginado de las grandes decisiones nacionales.
El balance de la vigencia 2025 da cuenta de una ejecución presupuestal superior a los $927 mil millones de pesos, que permitió la generación de más de 16.200 empleos directos e indirectos en todo el departamento. De ese total, el municipio de Arauca recibió cerca de $300 mil millones de pesos, consolidándose como epicentro de la inversión departamental.
En la capital araucana, estas cifras se tradujeron en obras concretas. La expansión del gas domiciliario avanzó como una de las apuestas más sentidas para mejorar la calidad de vida de miles de familias. Se sumó el mejoramiento de la vía en el sector Bello Horizonte, con una inversión superior a $14.300 millones de pesos, y el anuncio de la doble calzada entre la Brigada XVIII y Caño Jesús, un proyecto que supera los $80 mil millones de pesos y que promete transformar la movilidad, el desarrollo urbano y la dinámica económica de la ciudad.
Pero 2025 no fue solo un año de cifras y obras. El atentado armado del que fue víctima el gobernador en ejercicio de sus funciones marcó un punto crítico y volvió a poner en evidencia la compleja situación de orden público en Arauca. El hecho trascendió lo personal y se convirtió en un símbolo del riesgo permanente que enfrentan quienes ejercen autoridad en el territorio, dando visibilidad nacional a una realidad que durante años ha sido normalizada.
En el plano político, el año también significó la consolidación de su mandato, tras superar las impugnaciones a su elección. Este hecho fortaleció su credibilidad institucional y despejó un escenario de incertidumbre que afectó durante meses la gobernabilidad, permitiendo avanzar con mayor claridad en la ejecución de su agenda administrativa.
Desde La Voz del Cinaruco, no se desconocen los cuestionamientos, las críticas ni las exigencias ciudadanas en materia de transparencia y resultados. El reconocimiento no exonera del control público ni del deber de rendir cuentas. Por el contrario, refuerza la obligación de gobernar con mayor rigor en un departamento que no admite improvisaciones.
Sin embargo, el ejercicio periodístico obliga a reconocer los hechos: el protagonismo institucional, político y social de Renson Jesús Martínez Prada en 2025 fue indiscutible. Su rol como gobernador, en medio de retos de seguridad, gestión pública y relación permanente con el Gobierno central, lo convirtió en un actor clave del año que termina.
Por ello, desde una mirada crítica, regional y responsable, se considera que Renson Jesús Martínez Prada encarna el Personaje del Año en Arauca 2025. No como símbolo de unanimidades, sino como reflejo de un departamento que sigue intentando avanzar en medio de la presión, el riesgo y la esperanza.
Porque en Arauca, gobernar sigue siendo un acto de tenacidad, y contar esa realidad, con verdad y sin complacencias, seguirá siendo nuestra razón de ser.

