En un teléfono roto, donde se dieron diferentes versiones del fallecimiento de un grupo de personas ligadas al municipio de Arauca tras irse a una faena de pesca en el río Arauca se presentó ayer en esta ciudad, situación que alarmó y generó preocupación entre sus familiares y amigos.
Según el testimonio de los mismos familiares, el pasado miércoles desde el municipio de Arauca se trasladaron el médico Eduardo Guzmán Blanco, nefrólogo del Hospital San Vicente y el camillero Freddy Sarmiento Hernández, conocido popularmente como “Tito”, junto a otro grupo de personas hasta el sector de La Rubiera en límites entre Apure y Arauca, un sector que dista una hora y media del centro poblado de El Caracol, donde no existe comunicación telefónica.
Sobre las 9:00 de la mañana del jueves, la noticia corrió como pólvora encendida y generó la alarma y la incertidumbre. En medio del llanto de familiares y amigos se buscaba conocer la suerte que corrieron el médico y el camillero, de quien se informó que habían perecido en aguas del río Arauca, una información que desconocía las autoridades como los organismos de socorro.
Sobre el mediodía de ayer, algunos medios de comunicación de la capital araucana se atrevieron a confirmar esta tragedia, lo que generó más intranquilidad entre los familiares y en las que se vieron impotentes los mismos organismos de socorro y las autoridades al no saber nada de lo ocurrido ante la falta de una comunicación con este sector.
La noticia también cobró relevancia a través de la red social Facebook, donde algunos perfiles de araucanos también confirmaron la muerte del galeno y del mismo camillero del centro asistencial, donde muchas personas expresaron sus notas de condolencia para los familiares.
Pasadas unas horas, la esposa del médico Guzmán Blanco, a través de una comunicación telefónica que dijo había sostenida con los excursionistas que se fueron a una faena de pesca, terminó desmintiendo la información del fallecimiento de su esposo, como de otras dos personas.
Aquí vendría la frase, de que “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces que se da mejor”, todo por el síndrome de La Chiva.
