A pesar que se encuentra cerrada la frontera con Venezuela, cientos de ciudadanos venezolanos cruzan “libremente” aprovechando las ventajas que les brinda el rio Arauca, límite natural de las dos naciones. La situación se desbordó al llegar al terminal de transporte de Arauca un gran número de personas que venían de todas partes de Venezuela y que se dirigen al centro del país y muchos de ellos van con rumbo al sur del continente. Dentro de los viajeros se encuentran familias enteras con niños de brazos, adultos mayores, que dicen haber recorrido hasta 20 horas por carreteras del hermano país para llegar a la frontera con Colombia.
En territorio venezolano se están ofreciendo paquetes completos de viajes hasta el centro de Colombia, los que son pagados en dólares y de los que al parecer se están beneficiando bandas delincuenciales que encontraron en el tráfico de personas una alternativa de negocio.
La situación vivida en la ciudad de Arauca, se observa igualmente en Saravena, Tame y Arauquita, desde donde salen buses repletos con personas procedentes del hermano país, y sin que se cumplan las mínimas condiciones de bioseguridad o distanciamiento requerido para el transporte intermunicipal, situación que según los propios viajeros es aprovechada por trasportadores sobretodo de la empresa Libertadores, que de manera inexplicable amplió su número de frecuencia hacia la ciudad de Bogotá, y serian además responsables de constantes abusos contra los usuarios nacionales y extranjeros.
Por ahora las autoridades se han mostrado incapaces de controlar este fenómeno, que es grave y afecta la seguridad de los Araucanos, como se ha evidenciado por el número de hechos de violencia y de hurtos presentados en estas épocas. De igual forma, ninguna autoridad tiene un reporte veraz de cuantos ciudadanos de eses país circulan por las carreteras del departamento y que van con rumbo al centro de Colombia.
