En un esfuerzo por promover la bioeconomía y el progreso comunitario en los territorios colombianos, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sedes Medellín, Bogotá y Orinoquia unen fuerzas para desarrollar este proyecto que aprovechará el potencial biodiverso de la Orinoquia y sus componentes químicos, lo que abre la posibilidad de fabricar productos naturales en áreas como la farmacéutica, la cosmética o la agroindustria; este campo de innovación se abrirá con la elaboración de pesticidas extraídos de recursos naturales.
La iniciativa, financiada con recursos del Sistema General de Regalías, se centra en el desarrollo de biopesticidas a base de plantas como el árbol neem, pimienta, prontoalivio, limonaria y citronela, alternativas al uso indiscriminado de plaguicidas convencionales y altamente tóxicos.
“Colombia presenta un atraso considerable en el desarrollo de productos naturales para la producción agrícola, y la Orinoquia es una zona muy importante del país para este sector, además de que su clima y extenso territorio la hacen muy rica en biodiversidad; su variedad de plantas, su vocación para la bioindustria y agricultura acelerada son cruciales en el desarrollo y la aplicación de bioproductos”, explica el profesor Fernando Orozco Sánchez, de la Escuela de Biociencias UNAL Sede Medellín, líder del proyecto.
En la vasta extensión orinoquense, los desafíos en la protección de cultivos y el medioambiente han llevado a buscar alternativas sostenibles, por eso el proyecto “Implementación de la estrategia para el desarrollo y la innovación de productos de origen biológico en la Orinoquia” surge como una respuesta a la necesidad de reducir el uso de pesticidas convencionales y promover el desarrollo agrícola y ambiental de la región.
“Antes desarrollamos bioinsecticidas en el grupo de investigación Biotecnología Industrial, entonces nos aliamos con la Sede Orinoquia para el insumo de las plantas, y que este producto se utilice en plantaciones habituales de la zona, como cacao o arroz. Lo ideal es que en el país empecemos a reemplazar los pesticidas químicos tóxicos por productos biológicos no tóxicos como los bioinsecticidas”, agrega el académico.
Un nuevo laboratorio
Para ejecutar el proyecto es necesario que exista un laboratorio determinado que pueda responder a la necesidades científicas y productivas de los bioproductos planteados; para esto se contó con la colaboración adicional de ingenieros y arquitectos de la UNAL, quienes apoyaron el proceso de planeación, estudios y diseño de infraestructura del laboratorio tipo planta piloto, todo liderado por el arquitecto Daniel Vallejo Soto de la UNAL Sede Medellín.
Las aulas de poscosecha, ubicadas en la Granja Experimental El Cairo, de la UNAL Sede Orinoquia, es donde se espera construir la planta de producción bioquímica, y que esté iniciando este mes según las aprobaciones en las licencias de construcción requeridas.
“Además se vinculará activamente a la comunidad, y los más beneficiados serán los estudiantes y agricultores. Por ejemplo, ya tenemos en lista de espera a productores de plátano, maíz, arroz y cacao, quienes serán los primeros en usar el biopesticida elaborado en la nueva planta de la Universidad”, precisó la profesora Mary Cecilia Montaño, de la Unidad de Docencia y Formación de la Sede Orinoquia, quien sustentó el proyecto ante la Gobernación de Arauca.
La docente concluye señalando que “la idea también es incluir a los estudiantes en todas las etapas del proceso productivo a base de productos naturales, desde la investigación y el desarrollo hasta la producción y comercialización; será una oportunidad pedagógica excepcional que les permitirá adquirir habilidades y conocimientos prácticos en bioprocesos, química, productos naturales y tecnología de alimentos, preparándolos para enfrentar los desafíos del mundo laboral y contribuir al desarrollo sostenible de la región”.
