Los sectores comerciales del país viven una preocupante situación como consecuencia de la pandemia COVID-19. Sin duda, uno de los gremios más afectados ha sido el de los barberos, quienes también se han visto obligados a cerrar sus negocios.
Se calcula que en todo el país hay unos 100.000 establecimientos dedicados a ofrecer servicios de barberías y peluquerías. Desde la organización Barberías Unidas, propietarios de establecimientos hacen un llamado al gobierno y alcaldías para que se activen protocolos de seguridad y se puedan volver a abrir sus negocios. «Buscamos llegar a un acuerdo para poder empezar a operar de forma segura y resguardando los puestos de trabajo. Pedimos que nos escuchen», señaló Jhon Isaza, vocero de Barberías Unidas en Colombia.
En este mismo llamado, el gremio también realiza algunas propuestas que podrían acelerar los procesos de reactivación. Por ejemplo, están dispuestos a mantener una distancia de dos metros entre cada silla de barberías, medición de temperatura en la entrada a clientes y equipo de trabajo, esterilización permante de los utencilios de trabajo, entre otros.
Cabe destacar que actualmente varios ciudadanos han solicitado a los trabajadores de barberías que realicen trabajos en los docimilios, esto podría generar grandes riegos en la salud de los ciudadanos. «Sabemos que el contacto con el cliente en los salones es muy estrecho, pero ya estamos acondicionándolos con todas las medidas necesarias para el cuidado personal. Los clientes nos están pidiendo que vayamos a sus casas, lo cual es más riesgoso para las familias y la comunidad porque en los hogares es más difícil cumplir con las reglas de desinfección”, asegura Isaza.