La comunidad araucana, también ha empezado a denunciar los atropellos y los abusos a los que se ven sometidos por parte de los miembros de la Guardia Nacional Venezolana en la zona de frontera.
La decisión se dio luego de las denuncias y los abusos conocidos por parte de los miembros de la Guardia Nacional Venezolana en el departamento de la Guajira contra los indígenas colombinos, quienes igualmente fueron golpeados.
La situación la viven los continuos viajeros que tienen que hacer tránsito por el eje vial entre Arauca – San Cristóbal – Cúcuta, convirtiéndose en presa fácil de los miembros de la fuerza pública bolivariana, que se valen de cualquier artimaña para sacarle plata a los pasajeros.
“Se han convertido en vulgares extorsionistas, vacunadores del miedo, por todo sacan plata, son los miembros de la Guardia Nacional Venezolana, los que vienen incurriendo en este tipo de irregularidades”, dijo una de las personas afectadas, quien pidió la reserva de su identidad.
Samara García y su hermana Rebeca, compraron sus tiquetes en una de las líneas de transporte en la ciudad de Arauca, para trasladarse hasta la ciudad de Cúcuta donde realizaron unas compras de ropa representas en casi 600 mil pesos.
Explicamos que las dos araucanas, quienes llegaron hasta la capital del departamento de Norte de Santander, se acreditaron ante las autoridades venezolanas con el pasaporte colombiano y el permiso fronterizo, cumpliendo con los respectivos sellos de entrada y salida de Colombia y Venezuela.
La sorpresa se la llevaron las mujeres al momento del regreso en la alcabala conocida como Peracal, a escasos kilómetros de la ciudad de Cúcuta, cuando los guardias solicitaron abril el baúl del vehículo, donde encontraron en una sola bolsa grande las compras hechas por las ciudadanas colombianas.
De inmediato las hermanas García fueron conducidas al cuarto de requisas del puesto de Peracal, donde una mujer que vestía las prendas de la Guardia Nacional Venezolana con calculadora en mano sacó cuentas y señaló que se quedarían con las prendas, porque lo que estaban haciendo era un contrabando.
Las mujeres, explicaron que no estaban incurriendo en ningún delito, y por el contrario manifestaron que las compras fueron legales en territorio colombiano y no venezolano, y que además se sustentaba la compra con las facturas de las prendas. Argumentaron que lo único que ellas estaban haciendo era la utilización del eje vial para el transporte con los documentos colombianos reglamentarios al día y con los respectivos sellos exigidos por las autoridades tanto en Colombia como en Venezuela para la entrada y salida.
Luego de más de 20 minutos de continuas requisas, y de explicaciones del caso, la funcionaria de la Guardia Nacional Venezolana terminó exigiendo a las dos mujeres la suma de 500 mil bolívares. Las colombianas por no verse afectadas a perder la mercancía, terminaron entregando 400 mil bolívares, que era el único recurso con el que terminarían el viaje.
Los araucanos para no verse sometidos a esta serie de requisas, humillaciones y hasta el pago de las extorsiones que exigen las autoridades venezolanas en los puestos de control, que también se vive en la alcabala del Puente José Antonio Páez, han insistido en que las autoridades deben continuar gestionando un puente aéreo entre Arauca y Cúcuta, así como el mejoramiento de la vía de La Soberanía con el fin de utilizar las carreteras colombianas y no las venezolanas, en las que se cometen esta serie de irregularidades.

