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Asesinan a reconocida líder social a nivel nacional en zona rural de Tame

La señora Tulia Carrillo Lizarazo, fue asesinada en la mañana de este 14 de diciembre, en la vereda Tamacay, municipio de Tame, hasta donde llegaron hombres armados para quitarle la vida. La mujer era reconocida por su liderazgo a nivel nacional. El pasado mes de octubre la Agencia de Renovación del Territorio destacó su labor, al liderar el retorno de parte de los habitantes de Corocito, quienes fueron desplazado por la violencia.

Doña Tulia como todos la conocía, tenía 62 años y lucho hasta el último día de su vida por el bienestar de su pueblo, porque al igual que todos los habitantes de Corocito, deseaba una tierra próspera y en paz. 

La ARN, el 13 de octubre publicó en su página oficial, un artículo desarrollando la historia de vida de esta valiente mujer: 

Enciende la luz para que nos vean 

“Desde los 13 años aprendí que es mejor no prender la luz para poder esconderme de los malhechores. Esta estrategia me permitió vivir y enfrentarme a las hostilidades que se presentan en el campo, primero por la naturaleza y sus peligros, y segundo, por quienes habitaban todas estas tierras, que hoy son fincas. De ellos, se escuchaba que eran malos y si veían a una mujer sola, aprovechaban para hacerle daño y robar sus casas”. 

Con esta descripción doña Tulia, como la conocen los habitantes del distrito veredal Simón Bolívar en el municipio PDET de Tame, Arauca, contó cómo forjó su carácter y liderazgo en medio de la dureza de la vida en el campo y del conflicto armado colombiano que se ha ensañado con más fuerza en algunas regiones del país. 

Doña Tulia tiene muchos recuerdos de la violencia, entre tanto, menciona cómo una noche hombres arribaron a su vereda, dando patadas para derribar las puertas y sacar a las familias con sus niños. “Recuerdo estruendos, gritos, llantos y disparos de armas de fuego que tuvimos que vivir entre dos fuerzas ilegales. Esa noche la gente atemorizada recogió lo que pudo y esa misma madrugada abandonaron sus casas”, recuerda. 

La luz que se encendió para ser la esperanza de un pueblo

Después de pasar una temporada en casa de sus padres, doña Tulia decidió regresar a su casa en el caserío de Corocito. Cuando volvió, en el centro poblado solo estaban algunas personas del Ejercito Nacional que habitaban las viviendas abandonadas. 

Pasaron 30 días en los que doña Tulia era la única habitante civil en el caserío, porque, aunque los demás residentes deseaban regresar, ninguno se atrevía. Luego, al ver la valentía de esta mujer y la posibilidad de volver a habitar su casa decidieron retornar poco a poco. “Alguien tenía que tomar la iniciativa y yo lo hice por mi tierra y por mi gente, porque la fuerza, el carácter y el liderazgo que Dios me dio, han sido para servirle a mi pueblo con honradez y justicia”, dice orgullosa. 

A los meses de habitar el caserío, doña Tulia lideró un grupo de pobladores que se acercaron al despacho municipal para hablar con el alcalde de la época, de quien se decía no tener simpatía con la población rural por estigmatizarlos de subversivos. Sin embargo, lograron que la Alcaldía Municipal durante un fin de semana llevara toda su oferta institucional al caserío. De esta manera han logrado asistencia, apoyo y mejores condiciones para todos. 

Fruto del esfuerzo de este pueblo y del liderazgo de doña Tulia, Corocito hoy tiene un crecimiento notorio con oferta de educación básica, apertura de negocios y locales comerciales, además de la inversión social del sector privado que ha permitido cambiar la violencia por desarrollo y bienestar para los habitantes. 

A sus 62 años, ella sigue luchando con fuerza por el bienestar de su pueblo, porque al igual que todos los pobladores de Corocito, desea una tierra próspera, en paz y con la luz encendida para que nunca más se tenga que esconder.

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