Arauca aún no sale del temor por los atentados al Ejército Nacional este fin de semana en Saravena y Puerto Jordán, así como a la Estación de Policía de Fortul, y menos del dolor por las tres personas muertas en las últimas 48 horas, cuando se conoce del “bloqueo” de la industria petrolera, la toma a la gobernación de Arauca y la obstrucción de vías en el departamento por parte de las organizaciones sociales.
El Movimiento Político de Masas, Social y Popular del Centro Oriente de Colombia (MPMSPCOC), pareciera no entender que Arauca vive una crisis económica, social y espiral de violencia sin precedentes. Diera la impresión que no se han enterado que la gran mayoría de habitantes de esta región rechazan su accionar y que sólo se representan a ellos mismos, no a la gente que trabaja y lucha en el piedemonte y la sabana, que con dificultad hacen lo que les permitan para subsistir, para mantener sus negocios y para que sencillamente puedan vivir.
Nunca se cansan de pedir, lo hacen escudados en un “proyecto social” rancio, sin que se hayan dado cuenta que las dinámicas políticas, sociales y económicas del siglo XXI, son totalmente diferente a las de los años sesenta y setenta, época en la que alguna vez pudo tener validez su discurso.
Sin embargo, aprovechando el beneplácito del gobierno nacional y empoderados por la Orden de la Democracia, propuesta por la cuestionada Representante a la Cámara, Karen Manrique, hoy más que nunca este movimiento y sus aliados de siempre, parecieran haberse despojado de las mascaras y sin tapujos mostrar lo que son: retrógrados, ambiciosos y desalmados; sus objetivos están lejos, muy lejos de ser unos verdaderos defensores de los Derechos Humanos y las libertades, de buscar un beneficio para un pueblo que hoy aguanta hambre y que ve en esta época del año, la única posibilidad de mejorar las finanzas.
Por el contrario, buscan consolidar sus posiciones económicas personales e importantes beneficios, mucho de ellos provenientes del propio estado colombiano. Igualmente se caracterizan por crear distractores para ocultar la realidad de la violencia que genera en gran medida el ELN en Arauca.
Ingenuo aquel que piense que hoy en día estos grupos son el más claro ejemplo de lucha social y defesa de los Derechos Humanos. Hoy, a toda costa, buscan consolidarse y mostrarse como el más inmaculado proveedor o contratista de los dineros públicos. Solo para la muestra el caso de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, que tiene en la cárcel a su director, Olmedo López. De eso no dicen nada, ni darán respuesta a los diversos cuestionamientos por el manejo que le dieron a los dineros de las ollas comunitarias, de los cientos de horas maquina contratadas o de los intereses en quedarse no solamente con el programa de alimentación escolar, sino también con transporte escolar y los diversos proyectos productivos para el departamento.
Tal y como lo reclaman, demorada esta la Fiscalía General de la Nación en que presente un informe, pero del avance de los procesos en contra de los promotores de los bloqueos en las vías, de los que amedrantan y asesinan a la población civil, de los que causan daños a la infraestructura y economía petrolera; ni que decir de aquellos que causaron irreparables daños ambientales. Sin sonrojarse, estos “seres de luz, mártires e inmaculados” lideres y voceros de estos movimientos, guardan completo silencio ante los hechos recientes que enlutan a nuestra Arauca y de los miles de millones que se desaparecieron con los contratos que manejaron y fueron asignados por la UNGRD, para la atención de la ola invernal.
El siguiente es el comunicado de las organizaciones sociales, dado conocer la mañana de este lunes 25 de noviembre:
