En esta época del año y a punto de finalizar este 2016, el río Arauca volvió a ser generoso con sus habitantes a ambos lados de la frontera entre Apure y Arauca al presentar una gran ribazón de pescado el que ha sido aprovechado por la comunidad y los más necesitados en medio de esta recesión económica.
Lo que fue una ribazón o subienda hace menos de ocho días con la especie Coporo, el turno ahora fue para el bagre y el cajaro, que en abundancia lograron aprovechar la comunidad araucana, que tan pronto se enteró de esta novedad concurrió a la orilla del río Arauca, donde cientos de pescadores en canoas, otros por deporte con tarrayas y anzuelos le sacaron el mejor provecho a esta subienda de tan solo tres días.
En gran parte, esta ribazón alivió la canasta de centenares de familias ribereñas entre Apure y Arauca, más en esta época del año, porque tuvieron algo que llevar a sus hogares en medio de esta difícil situación económica, recesión económica en Arauca, pero también en la hermana República Bolivariana de Venezuela por las malas decisiones de un gobierno dictatorial que está llevando al caos a miles de venezolanos. El río Arauca les ha brindado esta recompensa en medio de tanta incertidumbre, los precios para quienes adquirieron este producto del río Arauca oscilaron entre los 4, 5, 6, 7 y 8 mil pesos el kilo.
La nota amarga y que ha recibido miles de críticas ha sido la poca efectividad de las autoridades competentes y la misma oficina en Arauca de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, quienes no ejercieron control alguno para la caza indiscriminada.
Y decimos indiscriminada porque muchos pescadores no respetaron las tallas mínimas para la pesca de la especie bagre, una situación que causó indignación y que fue expresada a través de la red social Facebook, donde se mostraba esta especia que fue cazada sin el mínimo requisito de respetar el tamaño.
Hoy no se ve reflejado este daño que se le está haciendo a este afluente binacional, pero también a la especie de bagre, lo sufrirán las futuras generaciones, quienes no tendrán la oportunidad de disfrutar de esta especie que quizás esté en vía de extinción.
Se necesitan personas y pescadores conscientes, que actuaciones de este tipo no se pueden seguir presentando y que las autoridades adopten los mecanismos necesarios para castigar a quienes incurren en esta práctica ilegal de no respetar las tallas mínimas para la caza de esta especie.
