En el marco del cumplimiento del Plan Ayacucho, el Ejército Nacional ha enfocado sus esfuerzos en los cuatro objetivos estratégicos inmersos en este plan, priorizando la protección de la población civil, para garantizar así la seguridad y bienestar de los ciudadanos, especialmente en áreas afectadas por la violencia y la presencia de grupos armados organizados (GAO).
El Ejército Nacional ha empleado todas sus capacidades para el desarrollo de operaciones militares con el fin de contrarrestar la amenaza, como resultado, y en lo corrido de este año, se ha logrado la destrucción controlada de más de 100 artefactos explosivos improvisados en el territorio araucano, dejando ver la instalación indiscriminada de estos por parte de los GAO, que buscan intimidar a la población, así como afectar a la Fuerza Pública.
Estos artefactos, con diversos sistemas de activación, han sido hallados en lugares donde transita la población civil, afectando la movilidad y el desarrollo de actividades como la ganadería y la siembra de cultivos; además, miembros de la Fuerza Pública también han sido víctimas de estos métodos ilícitos, que constituyen una clara infracción del derecho internacional humanitario, el cual prohíbe el uso de estas armas no convencionales, por su capacidad de destrucción y daño indiscriminados.
La presencia de los soldados en el territorio, a través de la Fuerza de Tarea Quirón y la Décima Octava Brigada del Ejército Nacional, permite ocupar las áreas base de estas estructuras delictivas, obligando a cambios en sus dispositivos y aislando estas amenazas híbridas de la población civil. Este enfoque integral busca no solo neutralizar las amenazas latentes, sino también establecer condiciones de seguridad duraderas que permitan el desarrollo y bienestar de las comunidades afectadas.
