El 29 de noviembre del 2005 cuando se disponía a realizar sus labores de ordeño en su finca ubicada en la vereda caño flores ubicada en el municipio de Fortul el joven Guillermo Murcia Duarte fue impactado en varias partes de su cuerpo por una mina antipersonal que su perro piso y que había sido instalada por las FARC según lo confirma en su testimonio.
Han pasado once años de este repudiable acto y hoy día Guillermo hace un llamado a la sociedad para que preste atención a los sucesos que se viene presentando en el país y puedan los araucanos tomar una decisión acorde con la conciencia de poner freno a una guerra que por más de 50 años ha venido haciendo estragos en los hogares colombianos.
Manifiesta que fue víctima de una guerra que no es suya pero que prefiere el perdón y la reconciliación y mirar hacia el futuro y dejar atrás el dolor y las heridas emocionales causadas por la pérdida de familiares amigos y conocidos por la violencia.
Guillermo hizo parte del cuarto grupo de 60 víctimas que fue a la Habana Cuba donde no solo sintió temor de ver a los responsables de su atentado a la cara sino el hecho de poder voltear la página para aportar a la sociedad que se puede cambiar pensando en vivir sin la confrontación de las armas.
Actualmente Guillermo es uno de los voceros en su comunidad que respalda el si en el plebiscito y con argumentos manifiesta porque lo hace y con cifras de víctimas por minas antipersonal reconoce que no se puede continuar en el conflicto. Que se debe cortar el ciclo de la violencia dándole una oportunidad a la paz.