El parlamento de Corea del Sur ha sido sede de una serie de manifestaciones, principalmente de granjeros que crían perros y dueños de restaurantes que sirven su carne, que se oponen a un proyecto de ley que prohíbe y convierte en ilegal el consumo de carne de perro.
Según los granjeros y dueños de restaurantes, una prohibición al consumo de la carne de perro perjudicaría por completo sus medios de vida y, de paso, limitaría las opciones que tienen los comensales cuando buscan pedir su menú en la región.
Si bien resaltan que el consumo de carne de perro es tradicional para combatir el calor en verano, según registro de las autoridades del país, actualmente solo algunas personas mayores consumen carne de perro y no es un plato apetecido por el resto de personas.
Lee Kyeong-sig, dueño de una granja que cría hasta 1.100 perros a las afueras de Seúl, dijo a la agencia Reuters que cerrar su granja con la situación financiera actual lo dejaría sin empleo por mucho tiempo.
Esta normativa daría un periodo de tres años para que la industria relacionada a la carne de perro salga de este comercio y, a su vez, recibirían apoyo financiero para que no desaparezca el mercado de un día para otro.
Previamente esta normativa fracasó en el parlamento, sin embargo, en esta ocasión ha recibido apoyo bipartidista por lo que hay indicios de que se convertiría en ley.