Desde el cierre limítrofe con Venezuela, Gobierno ha financiado 30,4 millones de galones al mes. El cierre de la frontera con Venezuela dejó en evidencia la importancia ganada por el combustible de contrabando para abastecer la demanda de las zonas limítrofes del país.
Por eso, para evitar que la falta de esta oferta llevara a un desabastecimiento en estas áreas, el Gobierno ha venido incrementando los cupos de gasolina y diésel subsidiados en los departamentos más afectados, una medida que se enmarca en la coyuntura de emergencia económica, pero que también tiene un alto costo.
Antes del cierre de la frontera, el cupo de combustibles líquidos subsidiados en Norte de Santander, La Guajira, Arauca y Cesar era de un poco más de 16 millones de galones, y, según datos del Ministerio de Minas y Energía, en estos últimos tres meses el cupo ya va en 30,4 millones de galones.
El costo de los subsidios en los tres primeros departamentos, que comparten mayor área de frontera con Venezuela, es de 2.500 pesos por galón; mientras que para el Cesar, este valor es de 1.500 pesos por galón, según datos del Gobierno.
Esto hace que a noviembre el país haya tenido que incrementar su presupuesto para este subsidio de 30.000 millones de pesos a 63.500 millones de pesos, un aumento de más del 100 por ciento.
De continuar como va la situación fronteriza con Venezuela y si los subsidios se mantienen, en un año el Gobierno podría tener que desembolsar 762.000 millones de pesos para esta financiación.
Un exfuncionario del Ministerio de Minas, que prefirió no ser citado, aseguró que la cifra es alta, en especial si se considera que es un subsidio que favorece principalmente a las personas con poder adquisitivo que tienen los automóviles.
El problema es que esta medida parece no ser del todo suficiente para garantizar la normalidad en el suministro del combustible. Por un lado, en algunas zonas fronterizas del país no hay control para evitar que el diésel sea acaparado por grandes transportadores.
Y, por el otro, como lo advirtió la Contraloría, hay un alto riesgo de que estos cupos sean objeto de contrabando técnico, es decir, que se distribuya en zonas que no son de frontera. Si bien la situación es considerada por algunos sectores como una oportunidad para normalizar el comercio de combustibles en las zonas fronterizas, sin duda el costo de hacerlo representa el equivalente a más de la tercera parte del presupuesto de la cartera de minas y energía.
‘EN LA FRONTERA NO HAY DESABASTECIMIENTO’
El Ministerio de Minas y Energía ha hecho llamados a la comunidad para “no ser víctima de especulaciones y desinformación que crean pánico sobre una falsa escasez de combustibles en los municipios fronterizos”.
Aseguran que las filas que se ven en las estaciones de servicio en estas áreas no tienen que ver con falta de combustible, pues se han asignado los cupos suficientes.
Un documento enviado por el Ministerio a este diario dice que para garantizar el suministro además se vienen ejerciendo medidas de control del combustible subsidiado, y se han autorizado nuevas estaciones de servicio para ampliar la red.
“Reiteramos nuestro compromiso por asegurar el abastecimiento de combustible en los departamentos donde el impacto por el cierre de frontera ha sido mayor. Así lo hemos venido haciendo desde el pasado mes de agosto y continuaremos tomando las medidas necesarias para garantizar el abastecimiento”, aseguró el ministro Tomás González.