En medio del escándalo de corrupción de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres, que tiene salpicados a dos militantes del Partido Verde: el presidente del Senado, Iván Name, y a la saliente consejera presidencial Sandra Ortiz, un grupo de integrantes de la colectividad solicitó a las directivas de la colectividad que los involucrados en estas denuncias sean expulsados del partido.
“Hay una situación de corrupción que hay que atacar, que hay que enfrentar con responsabilidad política. En el caso del partido son dos manzanas podridas, y hay que extirpar ese fenómeno. La corrupción es una amenaza permanente sobre todas las fuerzas políticas y sobre todo el aparato público”, declaró el exsenador Antonio Sanguino.
A su vez, el senador Ariel Ávila consideró que ya no tiene sentido plantearse si, por este escándalo, deben pasar de la coalición de Gobierno a la independencia, debido a que viene cogiendo fuerza la escisión del partido: “antes de este escándalo se estaba discutiendo, pero ya eso es intrascendente porque el partido se va a dividir en una escisión; y el irnos a la independencia ya no soluciona el problema”.
Este grupo de militantes aseguró que no es momento de pensar en renunciar a la colectividad, en saltar del barco, sino de intentar “reverdecer” el partido, lo cual consideran que es solo posible si los involucrados en este escándalo son sacados.
No en vano, a propósito, aclararon que si las directivas no atienden esta solicitud que han hecho ellos van a respaldar la mencionada solicitud de escisión, que significa que la Alianza Verde pase a dividirse en dos fuerzas políticas distintas.