Hazte miembro

Recibe las mejores ofertas y actualizaciones relacionadas con La Voz del Cinaruco.

― Anuncio ―

InicioNoticiasSalvan especies de plantas amenazadas por oleoducto Bicentenario

Salvan especies de plantas amenazadas por oleoducto Bicentenario

 

Fueron trasplantadas y reubicadas en dos reservas naturales en Casanare y Arauca

Durante la construcción del Oleoducto Bicentenario, casi un millar de anturios, cáctus, helechos, orquídeas y bromelias estaban en riesgo de ser destruidas por los trabajos de esta obra, que llevará petróleo entre los Llanos Orientales y Sucre.

 

Pero en lugar de ser arrasadas fueron trasplantadas y reubicadas en dos reservas naturales: la reserva ecológica La Marteja, en Casanare, y el parque natural Los Libertadores, en Arauca.

El esfuerzo científico y ambiental para salvaguardar estas plantas denominadas epífitas vasculares, liderado por el Oleoducto Bicentenario y la organización Fotosíntesis, quedó resumido en el libro ‘Guía Ilustrada de las Plantas Epífitas’.

Las plantas fueron recolectadas en el tramo Araguaney y Banadia, y a lo largo de 230 kilómetros. Fueron salvadas 53 especies de 35 géneros y nueve familias, aproximadamente 910 individuos, explicó Mauricio Casas, biólogo de Fotosíntesis.

Ā«De este modo se buscaba asegurar que las obras en torno al oleoducto no pusieran en riesgo la supervivencia de estas plantas, que enriquecen el imponente entorno natural de la zonaĀ», explicó Gabriel Cutolo, de Sicim Colombia, una firma de ingeniería civil que también apoyó la recolección.

Muchas de las epífitas rescatadas hacen parte de especies en vías de extinción, la mayoría de ellas orquídeas que han perdido sus hábitats por la tala de bosques. La deforestación es la mayor enemiga de este tipo de flora, porque estas son plantas que crecen sobre otras, especialmente sobre árboles centenarios o antiguos.

El trabajo comenzó con una evaluación de la población de las plantas existentes a lo largo del tramo del ducto. Con este inventario, el Ministerio de Ambiente autorizó el desprendimiento de las especies más vulnerables para ser reubicadas.

Ā«Bastante luz y fácil acceso al agua, entre otras condiciones específicas, fueron tenidas en cuenta para la siembra de las plantas en su nuevo hogarĀ», explicó Cutolo. Ā«Esta tarea también tuvo en cuenta que fuera posible realizar monitoreos sistemáticos a estos nuevos epifitarios, que se convierten en un banco genético de altísimo valor biológicoĀ», agregó.

Ā«En el piedemonte llanero, las plantas epífitas son piezas clave de un delicado orden natural, que fácilmente puede verse alterado. Por ello, constituía un verdadero reto intervenir en la zona sin causarles daño y, en consecuencia, al hábitat localĀ», agregó Fernando Gutiérrez, gerente del Oleoducto Bicentenario.

― Anuncio ―