El delegado responsable de la región de Mariúpol, Pavlo Kirilenko, informó que el bombardeo ruso a un hospital pediátrico de la ciudad portuaria dejó al menos 17 personas heridas y resaltó que, de momento, no se ha reportado que haya fallecidos o niños entre los afectados.
Si bien el ataque no causó muertes, los pobladores critican que se tenga como objetivo una región de atención clave como lo es un complejo médico de maternidad que quedó destruido aun bajo promesas de que habría un alto al fuego para evacuar a quienes buscaran salir de la ciudad.
Entre los vídeos publicados por las autoridades locales, se muestra el alcance de la destrucción con paredes destruidas, agujeros en el patio del hospital, vehículos en llamas y personas siendo evacuadas en camillas.
La Casa Blanca, el primer ministro inglés, Boris Johnson, y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, condenaron el ataque, lo calificaron como inmoral y aseguraron que es una atrocidad atacar personas vulnerables e indefensas.