El paso entre Arauquita y la población altoapureña de La Victoria que se hallaba restringido desde hace una semana por decisión del coronel Celdaño volvió a quedar habilitado a partir del sábado pasado a las once de la mañana, cuando el militar del vecino país decidió ceder y permitir nuevamente el tránsito de las embarcaciones colombianas.
La parálisis durante los días de restricción ocasionó serios perjuicios al comercio de La Victoria que dejó de vender varios millones de bolívares en mercancías varias que usualmente adquieren los trabajadores del río procedentes de la orilla colombiana.
El sábado, una vez se permitió el paso, los canoeros arauquiteños embalaron sus embarcaciones hacia el otro lado de la frontera a adquirir los productos sin ser molestados por las autoridades venezolanas acatando la orden del coronel Celdaño.
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