Ante la crisis económica que afronta el Departamento de Arauca, el gobierno pareciera ciego, sordo, mudo e indiferente hacia los habitantes, los gremios y los empresarios de esta región del país. El paro de los arroceros es la más reciente muestra de la desesperación financiera, que llevó a un sector importante de la economía local a realizar un plantón, el que semiparalizó el Departamento. Igualmente, hace unos días se escucharon voces de reconocidos ganaderos alertando sobre las pérdidas millonarias de su sector y como si fuera poco, la producción de petróleo está paralizada. Aun así, nadie dice nada.
La zona de frontera y en especial este Departamento, necesita que se tomen medidas urgentes para afrontar la desaceleración de la economía y los innumerables problemas sociales que se están presentando por falta de empleo y de circulante. Hoy más que nunca en Arauca, se concentró la riqueza en un pequeño círculo de poder cercano al Gobierno, donde a diferencia de la gran mayoría de habitantes, éstos hacen alarde de su poder y dinero, enrostrándoselo al que pueden sin ningún miramiento.
El comercio, los empresarios y productores, los agricultores y ganaderos, en general, todos los sectores productivos, están pasando un momento económico difícil, que de no intervenir el gobierno con propuestas concretas e inmediatas para dinamizar la economía, acelerando los procesos de contratación y otorgando créditos a través del IDEAR, Arauca entera se declarará en quiebra.
En estos momentos están dadas las condiciones para que se declare una emergencia económica. Ni el gobierno, ni la Asamblea, han entendido que el IDEAR es la tabla de salvación para muchos empresarios y ciudadanos. Que en estos momentos la prioridad es revivir la moribunda economía local y en lo posible, suspender los cobros a cientos de usuarios que únicamente consiguen para sobrevivir. De lo contrario el Instituto y la banca local serán los nuevos propietarios del Departamento.
Esperar que las empresas y comercios cierren sus puertas, agravaría mucho más la situación. La solución es posible, podría ser rápida y está a la mano, solo falta sensatez, diligencia y voluntad. Los gremios productivos y asociaciones de comerciantes, deberían unirse en una sola voz para exigirle al gobierno departamental y nacional, soluciones inmediatas ante este caos económico y social. Arauca necesita ser escuchada y atendida con urgencia.

