La capacidad aérea del Ejército Nacional atraviesa un momento crítico: de los 19 helicópteros de fabricación rusa MI-17, solo 8 se encuentran hoy en condiciones de vuelo, tres han recibido reparaciones y ocho esperan en tierra para poder ser intervenidas.
La flota empezó a mostrar graves dificultades desde finales de 2022, cuando la imposibilidad de contratar con empresas rusas el mantenimiento de las aeronaves, por las sanciones derivadas de la guerra en Ucrania, obligó a que la mayoría de las aeronaves quedaran en tierra.
Para superar esa situación, en diciembre de 2024, el Ministerio de Defensa firmó un contrato por 32.463.400 dólares con la empresa estadounidense Vertol Systems Company, con sede en Florida (EE UU), para reparar y extender la vida útil de los 19 helicópteros. Esta primera contratación implicaba el mantenimiento de seis de estas aeronaves.
¿Por qué el acuerdo generó polémica desde el inicio?
Fue suscrito el 31 de diciembre, y en la evaluación técnica inicial, realizado el 30 de diciembre, Vertol no cumplía con los requisitos técnicos; sin embargo, un día después, el despacho del viceministro de Defensa, Luis Edmundo Suárez, modificó la evaluación y avaló la adjudicación.
Así mismo, en marzo de este año, se cambió la forma de pago del contrato, pues inicialmente se pactó que el Ministerio desembolsaría recursos contra entrega de cada aeronave reparada. No obstante, el 20 de marzo se modificó el esquema y se autorizó un anticipo del 50% del contrato —unos 16 millones de dólares— pese a que apenas se ha ejecutado el 8% del mantenimiento.
En efecto, aunque se proyectaba que 11 helicópteros estarían listos para mayo de 2025, a la fecha solo se han recuperado tres aeronaves, mientras que tres se alistan para overhaul, que consiste en la reparación de motor y transmisores.
Estas tres aeronaves deberán ser enviadas a Estados Unidos y afrontar un proceso que, según expertos, toma un mínimo de 6 meses, pero el contrato vence el próximo 15 de noviembre.
Así mismo, existen dudas de cómo logrará el contratista llevar estas aeronaves militares a territorio norteamericano, si por las sanciones establecidas por la guerra en Ucrania, ningún particular podría hacer este tipo de intervenciones.
Otra de las polémicas radica en que el trabajo técnico tampoco es realizado directamente por Vertol Systems Company, sino por talleres aliados: la OMA MI Series No. 168, en Florida (EE. UU.), y la OMA ALL Group No. 145, en Emiratos Árabes Unidos. Ambas actúan bajo supervisión de la contratista principal, lo que ha suscitado críticas por la tercerización y posibles retrasos.
Actualmente, además de los tres helicópteros que esperan ser enviados a Estados Unidos para su reparación, ocho más esperan asignación de recursos y permanecen almacenados en Tolemaida para evitar su deterioro.
Lo que se prevé es que el contratista no podrá cumplir con sus obligaciones, lo que obligaría al Ministerio a declarar el incumplimiento contractual.
¿Qué pasará con las aeronaves en medio de la ola de violencia?
La situación prende alarmas en momentos en que la Fuerza Pública enfrenta graves desafíos de seguridad, tras los constantes hostigamientos de los grupos criminales en todo el país.
Es claro que la capacidad operativa del Ejército, al menos en materia de uso de aeronaves, está mermada, en un momento crucial para el país, y teniendo en cuenta que de seis anexos técnicos, solo ha cumplido 1, que confiere en revisar que las aeronaves estén bien.