Dos ex paramilitares que fueron reclutados cuando apenas tenían 16 años narraron a VerdadAbierta.com la cruda experiencia de vivir su adolescencia en medio de la guerra.
Hasta el momento La Fiscalía ha documentado 73 casos de menores reclutados por el Bloque Vencedores de Arauca. La pobreza fue el factor que impulsó a la mayoría de estos jóvenes a formar parte de la guerra.
51 de estos menores fueron incluidos en programas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Según esta entidad, muchos de ellos encontraron en la droga una manera de escapar o disminuir los dolores físicos y sicológicos producto de la guerra.
En el incidente de reparación de las víctimas del Bloque Vencedores, una audiencia en la que la Fiscalía, las víctimas y el Ministerio Público exponen sus argumentos, antes de que el Tribunal emita una sentencia, el ente acusador explicó que, al igual que en otras regiones, en Arauca el reclutamiento forzado se inició de manera masiva en 2001. En ese año Carlos Castaño ordenó la expansión de las autodefensas en todo el país y necesitó un mayor número de hombres.
Luego de comprar la “franquicia” del grupo paramilitar a los Castaño, ‘Los Mellizos’ Mejía Múnera designaron a Orlando Villa Zapara, alias ‘Rubén’, como segundo al mando. Éste coordinó la trasferencia de 200 miembros del Bloque Centauros a sus filas. En 2002, después de un año de haber ingresado al departamento, ingresaron otros 200 hombres al Bloque Vencedores.
Entre esos 400 miembros había menores de edad que, en algunos casos, fueron reclutados por medio de amenazas y falsas promesas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos jóvenes provenían de los más bajos estratos socioeconómicos y se unieron a las Autodefensas para ayudar económicamente a sus familias. Sus salarios mensuales estaban entre 400 mil y 600 mil pesos mensuales.
Según la Fiscalía, el reclutamiento de menores se dio de dos formas. Por un lado estaban los reclutadores, quienes ganaban cincuenta mil pesos por persona, y por otro lado, los integrantes que quisieran desvincularse debían dejar en su lugar a dos nuevos integrantes. En algunos casos, los menores que militaron en el Bloque Vencedores fueron reclutados y enviados a Arauca por integrantes del Bloque Norte u otras estructuras de las AUC.
Una vez reclutados, los jóvenes eran enviados a las escuelas de entrenamiento. Los reclutadores instruyeron a los menores para que mintieran, en caso de ser detenidos por la Fuerza Pública, diciendo que iban a trabajar en fincas o visitar a algún pariente. En ocasiones les entregaban identificaciones falsas.
La mayoría de menores del Bloque Vencedores fueron recibidos en la escuela por José Luis Mejía, alias ‘Lucas’, quien además de ser su instructor durante los 60 ó 90 días, fue el encargado de asignarles un alias. El entrenamiento se concentraba en ejercicios físicos, técnicas de combate, estatutos políticos, arme y desarme de fusil, entre otros ejercicios de carácter bélico.
Estos ejercicios, que en muchas ocasiones superaban la capacidad física y psicológica de los jóvenes dejaron daños permanentes. Aquellos que intentaron huir, que no pudieron seguir el ritmo o fallaron en el entrenamiento fueron castigados con sanciones que iban desde preparar la comida a toda la tropa, prestar guardia o fueron asesinados por sus comandantes.
Sin ningún tipo de tratamiento especial, luego del entrenamiento lo menores combatieron contra la guerrilla y el Ejército. Según la Fiscalía, muchos fueron testigos de asesinatos, torturas, desmembramientos y desapariciones, dejando una huella imborrable en su mente.