EDITORIAL
Llevados más por el instinto político que por la razón, como abeja al panal, poco a poco van llegando a disfrutar de la miel del poder o mejor de la mermelada, los otrora opositores del gobierno departamental.
Sorprendidos quedamos los llaneros con el pronunciamiento hecho por el Diputado de Cambio Radical Pablo Caro, quien hasta hace unos pocos días posaba como el más feroz opositor del Gobierno de Facundo Castillo Cisneros, al dar a conocer su nueva posición en el juego político, donde muy seguramente terminara doblegado por el totalitarismo que quiere mostrar la mal llamada Unidad Nacional.
Quienes creíamos que lo habíamos visto todo en política nos equivocamos. Semanas atrás, el experimentado político Caro Bustacara, se rasgaba las vestiduras oponiéndose en una carrera en solitario al proyecto de la doble calzada. En sus frecuentes apariciones en los medios locales, exponía las presuntas irregularidades e inconvenientes en la ejecución de este proyecto, llegando hasta interponer acciones judiciales para frenarlo.
Todavía recordamos los férreos debates al sector salud y la posición crítica al manejo de los recursos, como la oposición a las cuestionadas facultades que le otorgaban al Gobernador para endeudar al Departamento en más de 100 mil millones de pesos. Hoy, sin una razón convincente, declino su aspiración a la Gobernación de Arauca, para convertirse en el Jefe de debate del candidato por ese partido a la Alcaldía del municipio capital y casi que dio por sentado que apoyara al candidato del partido de la U.
Quienes estábamos esperanzados en que la posición crítica de Pablo Caro, era una luz en el unanimismo de la Asamblea Departamental, nos equivocamos. Este diputado llevaba sobre sus hombros el peso de ser la única voz opositora en la corporación, ya que los representantes la izquierda democrática, están sumergidos en la mermelada gubernamental.
El del diputado Caro no es el único caso de estos giros sorpresivos de la política. La exrepresentante Mercedes Rincón Espinel, el Exdiputado y hoy aspirante esa corporación Joaquin Marchena, se caracterizaron por sus duras críticas al actual gobierno, pero muy seguramente como lo han dejado ver, terminaran apoyando la candidatura del médico Ricardo Alvarado, que representa la continuidad de las políticas del partido la U, por lo tanto la continuidad del gobierno de Castillo Cisneros.
Atrás quedo la imagen de Cambio Radical, en épocas de Julio Acosta Bernal, cuando se identificaba este movimiento con la centro derecha y que era un partido institucional. Hoy está cada vez más cerca de quedar en la foto con la Unión Patriótica y la ASI, para apoyar la propuesta de la U, al parecer por seguir ese instinto y apetito voraz por el néctar del poder.
Para la democracia, es conveniente que haya pesos y contrapesos. Que los argumento se validen con ideas y no con acuerdos turbios. Cambio Radical en Arauca, fue el pionero en hablar de seguridad democrática, también sufrió dolorosas y numerosas pérdidas de sus dirigentes y militantes por culpa de la violencia, hoy más que nunca necesita que sus líderes escuchen atentamente lo que el pueblo está pensando.