La leptospirosis, enfermedad transmitida de animales a humanos (zoonótica), es causada por una bacteria de la familia Leptospiraceae. Se transmite por contacto con orina de roedores, por consumo de alimentos contaminados con la bacteria, y cuando las mucosas o heridas en la piel entran en contacto con aguas contaminadas, durante actividades como nadar o practicar kayak, en inundaciones o en labores como el cultivo de arroz.
Según el Instituto Nacional de Salud, entre 2007 y 2015 se reportaron en Colombia 9.500 casos de leptospirosis. Quien la contrae puede presentar síntomas leves, como fiebre, dolor de cabeza, irritación en conjuntivas y dolores musculares, articulares y óseos, que se confunden con los de otras enfermedades. Pero también puede presentar cuadros clínicos graves que incluso causan la muerte, como falla hepática, insuficiencia renal, hemorragias y afectación de las meninges.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año se presentan más de 500.000 casos de leptospirosis en todo el mundo, y aunque se registra en todo el globo, incide especialmente en países con climas húmedos subtropicales y tropicales; por eso el clima es esencial para comprender la dinámica de la enfermedad.
El Niño-Oscilación del Sur (ENOS o ENSO por sus siglas en inglés) es el principal modulador del clima en Colombia, al que afecta con frecuencias que pueden ser de tres a siete años. Este tiene dos fases: una fría llamada La Niña, durante la cual aumentan las lluvias en el territorio nacional y las temperaturas bajan un poco; y una cálida conocida como El Niño, con tiempo seco y escasas lluvias.
Clara Susana Arias, doctora en Ecología en la Facultad de Ciencias Agrarias, y Alejandro Builes, doctor en Ingeniería – Recursos Hidráulicos de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, adelantaron una investigación que evidenció que en el país existe una estrecha relación entre la leptospirosis y el exceso o la falta de lluvia relacionada con ENSO.
Casos e incidencia
El objetivo de los investigadores fue analizar los cambios en el número de casos y la tasa de incidencia de leptospirosis durante los episodios de La Niña y El Niño, en tres escalas espaciales diferentes: país, departamentos y municipios.
En epidemiología la incidencia tiene que ver con el número de casos nuevos en determinada población y tiempo. Para calcularla, el número de casos se divide entre la población susceptible y se multiplica por un factor que normalmente es 100.000 habitantes.
Para el estudio se registraron situaciones diferentes según la escala analizada. En Colombia la escala nacional evidencia que los casos mensuales de leptospirosis aumentan en un 25 % durante el periodo de La Niña, por lo que el incremento de las lluvias es un indicio para generar alertas tempranas que conduzcan a la prevención y disminución de casos.
La significancia estadística demostró que la correlación entre aumento de casos y periodos de La Niña también se da con rezagos de hasta siete meses, es decir que una vez esta se presenta, se puede esperar aumento de casos hasta siete meses después.
En la escala departamental hubo aumento de casos en ambas fases de ENSO, según la ubicación en el país; Valle del Cauca, Antioquia y Atlántico reportaron el mayor número de casos. Las principales incidencias están en Guaviare, Risaralda, San Andrés, Atlántico y Valle del Cauca.
El análisis reveló que en Atlántico, La Guajira, Bolívar, Santander y Norte de Santander (al norte de Colombia), junto con Valle del Cauca, Cauca, Meta, Guaviare y Guainía, aumentan los casos mensuales de leptospirosis durante el periodo de La Niña que trae lluvias.
Sin embargo, también se encontró que en algunos departamentos aumentan los casos durante la temporada de El Niño: “este resultado fue sorpresivo porque la leptospirosis está asociada con la presencia de aguas y el aumento de lluvias, ya que es causada por una bacteria que sobrevive muy bien en las aguas”, explica la investigadora Arias.
Evidenciar el aumento de leptospirosis en otras regiones durante los meses de El Niño abrió dos hipótesis: una, que posiblemente en algunas regiones durante la temporada de El Niño se alcanzan temperaturas óptimas para que esas bacterias sobrevivan y se multipliquen; es el caso de Nariño, donde las temperaturas medias son bajas, por lo que el rango óptimo para la bacteria aumentaría.
La otra hipótesis indica que las altas temperaturas también promueven la proliferación de roedores, fuente de infección común para los humanos; y en climas cálidos, cuando hace calor aumentan los baños en los ríos, y en sus aguas puede estar sobreviviendo la bacteria que infecta a los humanos.
Con respecto a la escala municipal, se analizaron aquellas poblaciones con mayor incidencia y mayor número de casos, y se encontraron 17 en las que la leptospirosis creció durante los meses de La Niña; de ellas, 7 presentaron aumento de casos durante los meses de El Niño. Los municipios con más reportes confirmados son Cali, Barranquilla, San José del Guaviare, Cartagena y Turbo.
En general, en municipios con periodos secos prolongados y lluvias asociadas con La Niña hubo aumento de leptospirosis; pero en municipios que todo el año son húmedos –como los de Urabá, por ejemplo– el incremento de lluvias que trae La Niña al parecer no tuvo repercusión.