El 2020 fue un año caótico, triste, diferente y con los calificativos que usted quiera incluír, pues la realidad fue distinta para todas las personas. La pandemia por COVID-19 dañó planes, cobró miles de vidas y fue parte del día a día en las personas del mundo, pero también dejó algunas enseñanzas y recordó ciertos detalles que deberían ser comunes, sin importar la coyuntura actual. Los protocolos de bioseguridad son parte de cada día de las personas para evitar los contagios por COVID-19, así como algunas ‘tareas’ que son simple higiene o respeto hacia las demás personas.
El lavado de manos. Esta tarea, que debería ser común y corriente en el día a día, era olvidada. Por higiene, al menos tres veces al día (sin la conyuntura del COVID-19) debía haber un lavado de manos que no hacía. Ahora, la pandemia nos recordó este importante detalle para mantener nuestras manos limpias.
El espacio personal de los demás. Eran comunes los abrazos o los saludos de beso en la mejilla con alguien que acabábamos de ver. Sin embargo, la coyuntura del COVID-19 nos enseñó y nos recordó a respetar el espacio personal de los demás, incluso a no saludar de beso para evitar contagios y cumplir con el distanciamiento.
La desinfección. Desinfectar los zapatos luego de una salida, lavar los alimentos, entre otros, es una enseñanza que también dejó la coyuntura actual. Además del virus, los gérmenes y bacterias que llevamos de la calle a la casa pueden generar otras enfermedades.
La importancia de la tecnología y lo digital. Los pagos virtuales, el trabajo en casa, el estudio desde el hogar… Curiosamente debimos darnos cuenta de la importancia de estos por el COVID-19, pero es algo que ayuda a evitar aglomeraciones y largas filas, incluso en bancos. Desde casa podemos pagar facturas, comprar productos, trabajar (si es posible) y evitar las filas.
La ‘reinvención’ y negocios propios. Nunca es mal momento para cambiar o crear hábitos. El ejercicio, la gastronomía… Gracias al COVID-19 y la cuarentena, miles de personas lograron cambiar en su hogar y eso les ayudó en su día a día. Adicional a esto, los negocios propios fueron de motivación para compartir habilidades y sacar provecho de sus dones.
El valor de nuestros seres amados. La familia, amigos y allegados, puede que tiempo atrás no tuvieran un mensaje de apoyo, de amor o de valor. Sin embargo, el distancionamiento sí ayudó para les reuniones virtuales, el compartir desde lejos y la importancia que cada persona tiene en la vida del otro. Otra enseñanza más que nos dejó este caótico 2020.