Los llaneros lamentamos el asesinato del ganadero, comerciante y señor Jorge Gómez Daza. Su muerte no solo causa dolor e indignación a su familia, nos duele a todos, a quienes de una u otra manera luchamos por esta tierra, a quienes con esfuerzo y trabajo construyeron su capital económico para sobrevivir en medio de las dificultades y características propias de esta zona del país, soportando atentados, amenazas, extorsiones y apuros económicos.
Solo los que hemos pasado por esta trágica situación, sabemos lo que se siente. Perder un ser querido en estas circunstancias agrava el dolor. A gritos se reclama justicia y cárcel para quienes cometieron este acto cobarde.
Por desgracia para este Departamento, esta situación se repite en miles de familias, que reclaman ver a sus verdugos en las cárceles y no en el congreso. También reclaman por los daños y perjuicios económicos causados por las guerrillas y los paramilitares, que no los repara un perdón cuestionable en medio de un espectáculo mediático indignante para muchas víctimas.
Arauca ha sufrido como ninguna otra región el peso de la guerra, más que nadie anhelamos la paz, pero somos conscientes que ésta se logra únicamente aplicando verdadera justicia y condenas severas para quienes han causado dolor a muchos colombianos. Las penas alternativas propuestas en el proceso de paz son una burla para las víctimas y un triunfo para los victimarios. Incentiva a los demás grupos alzados en armas a seguir asesinando, extorsionando y secuestrando, ya que esperan se les dé el mismo o mejor trato por parte del gobierno nacional.
La grave situación que vive Arauca, con paros armados, el secuestro de los arroceros, asesinatos selectivos en el piedemonte y el manto de intimidación, extorsión y muerte que han causado las guerrillas, pareciera no importarle al Gobierno, ya que en las visitas de Ministros y del mismo Presidente de la República, se había anunciado la toma de medidas para mejorar la seguridad, cosa que hasta el momento no se ha visto.
Es por lo demás reprochable, que los promotores de derechos humanos guarden silencio, como si los derechos humanos solo fueran aplicables a un único sector, cosa que en Arauca no es raro, ya que en su mayoría estos personajes son charlatanes, vividores y politiqueros que lo único que buscan es sacar provecho para sí mismo.
Arauca está de Luto y presta para tomar una decisión fundamental: el plebiscito. Debemos salir a votar libremente, y que la decisión del pueblo se respete. Si en el departamento gana el SI, será una oportunidad única para quienes por más de 52 años de lucha armada han querido llegar al poder y ahora lo podrán hacer por la vía democrática. Y si por el contrario gana el NO, significa ni más ni menos, que no queremos más guerrilla en nuestro territorio, decisión que se debería respetar, y se convertiría en un argumento contundente para cuestionar y rechazar la implementación de la Zona Veredal de Concentración de las Farc, asunto que nunca fue consultado con los ciudadanos y obedece más a una imposición del gobierno nacional y de esa guerrilla.