Se avecina una lucha política en Arauca, donde nuevamente se medirán las fuerzas Uribistas, que están en contra de la forma y contenido de los acuerdos del Gobierno con las Farc y la coalición de gobierno que apoya lo acordado hasta ahora con el movimiento guerrillero.
Sin lugar a dudas las particularidades de esta región harán que se fijen estrategias políticas distintas al resto del país, ya que existen factores como la presencia del ELN y su poder político, quienes hasta el momento no han hecho claridad cuál será su posición frente al proceso con las Frac. También persisten en el ambiente innumerables anuncios, promesas incumplidas o propuesta impopulares hechas por el gobierno las cuales no se han podido superar, como el inconformismo de la comunidad por el “despojo” de las regalías y las repercusiones económicas de esa decisión, la inoperancia del contrato plan, los desplantes y salidas en falso del Vicepresidente German Vargas Lleras, la exclusión del Departamento en los proyectos de las vías 4G y tal vez el más álgido de los factores: el desmejoramiento de la situación de orden público. Esto en conjunto hará más difícil que en Arauca se tome una decisión racional y muy seguramente las razones para el voto sean de tipo emocional o emotiva.
Así mismo, en el horizonte político existe la posibilidad de una elección atípica de alcalde de Arauca, lo que podría ser el segundo raund de las elecciones locales, donde las fuerzas políticas reagrupadas se midan nuevamente en el terreno electoral. La gran duda está en quienes serán los encargados de liderar estas contiendas, ya que como en toda campaña deberá tener unas cabezas visibles, logística y recursos. Mientras que, por el SI, está más que claro que será el Gobierno y su coalición quienes abanderaran esta opción, por el contrario, no está claro quien o quienes lideraran el NO. Se presume que quien tenga credencial o aspire por el Centro Democrático será quien lidere esta causa.
Ya en Arauca, se percibe un ambiente de polarización frente al plebiscito y se vive una campaña soterrada a través de la “pedagogía por la paz” que incluso, sin que se haya firmado el acuerdo, llevó a que algunos salieran del closet ideológico, promuevan y compartan abiertamente el pensamiento de las Farc.
Por el bien de todos, se espera que en esta campaña se respete el derecho a expresarnos libremente, a opinar y a la vida. Que no perdamos de vista, que más que una la lucha ideológica del Santismo y el Uribismo, está el futuro de Colombia y las implicaciones de la decisión que se tomen marcarán el rumbo del país. Pero hay algo claro: para alcanzar una verdadera paz hay que jugar limpio, sin injerencia armada, de flujos de dinero y sin excluir a sectores que han hecho parte de la historia política de Arauca.