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“La Pulga” araucana quiere dar la talla

Vladimir Hernández goza de la confianza de Umaña. Hoy estará en el banco de suplentes esperando su chance.

 

(Tomado de El Heraldo de Barranquilla)

 

El conflicto armado que vive Colombia empujó a Vladimir Hernández a Barranquilla. Nació en Arauca hace 21 años. ¿En Arauca? Sí, en Arauca, en la capital del Departamento del mismo nomb

re.

El volante creativo del Junior, de 1,60 metros de estatura, gambeta endiablada y salto de pulga, no es barranquillero a pesar de su marcado acento costeño.

Vladimir llegó a La Arenosa a los 10 años de edad. Su mamá y su papá, oriundos de Sincelejo y Pivijay, algún día se fueron a conquistar la prosperidad en la región fronteriza con Venezuela. 

Pero con el pasar de los años, el temor infundido por los gatillos de guerrilleros y paramilitares los hizo retornar a la tierrita con el menor de tres hermanos. 

Mientras los dos mayores, ya casados y con hijos, prefirieron quedarse en Arauca, Vladimir y sus progenitores se vinieron a Barranquilla tratando de hacerle el quite a las balas. 

“Era muy bravo vivir en Arauca. Cualquier día uno podía amanecer muerto. Mucha guerra y violencia. Uno pasaba con el miedo de caer en algún enfrentamiento o recibir una bala perdida”, recuerda el mediocampista araucano. 

Vladi y sus viejos se refugiaron en la capital del Atlántico porque acá residían todos sus tíos paternos. A las pocas semanas de pisar suelo ñero su papá lo metió en la escuela de fútbol Mundialito 90.

Siempre entraba como el más chiquitín del partido, pero terminaba como la más grande figura. Su talla es de pitufo, pero su fútbol es colosal.

Su estatura genera alguna desconfianza de compañeros y entrenadores, y pone a sus rivales, los fortachones que creen que el fútbol es lucha libre, a frotarse las manos. 

Sin embargo, La Pulga ridiculiza a los gigantes y cambia las dudas por elogios. “Con mi habilidad y rapidez siempre demuestro en la cancha”.

A Junior llegó tras superar una de las pruebas que hacen en el equipo para escoger nuevos valores. Cuando Petar Kosanovic asumió la dirección técnica de las divisiones menores hace seis años, varios jugadores con buena técnica empezaron a salir. 

Se decía que el serbio rechazaba a esos prospectos por su escasa altura. El rumor puso a temblar a Vladimir Hernández. Pero nunca lo tocaron y permaneció firme en el club. Pasó por todas las categorías. Se destacó en el Barranquilla FC y fue ascendido al cuadro tiburón. 

“Estaban sacando a los bajitos, pensé que me iban a sacar a mí, pero el profe vio mis virtudes”.

Ya convenció a Kosanovic y a Julio Comesaña, quien lo puso a debutar en el Junior en el 2008. Ahora tiene encantado a Diego Umaña, que se atrevió a alinearlo en los dos partidos de la final del torneo anterior ante La Equidad. 

Fue titular en Bogotá y actuó en los últimos minutos del duelo en Barranquilla que significó la sexta estrella rojiblanca.

Vladimir cree que le llegó la hora de dar el salto y consolidarse en el equipo estelar en esta temporada que apenas comienza. Jugó desde el pitazo inicial en Cartagena en el triunfo 2-1 ante Pereira, en el arranque de la Liga, y en la victoria 2-1 ante Unión Magdalena en la Copa Postobón. 

En el primer compromiso sólo mostró chispazos de su fútbol, mientras en el segundo resultó el más notable.

Ayer, Junior enfrentó a La Equidad y no jugó desde el arranque, pero fue fundamental y Umaña la tuvo en la banca para resolver una falencia de ideas. 

Los Hernández saben mucho de eso. Giovanni no estuvo por el abrazo del virus Waka waka, así que el técnico echó mano de Vladimir, La Pulga de Arauca que quiere dar la talla y consolidarse.

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