En la tarde de este 04 de agosto, se conoció que la EPS Coosalud, desembolsó importantes recursos a los hospitales y las ESE del sector salud. Al hospital del Sarare le giraron $1.627 millones de pesos, a la ESE Alvarado y Castilla, $668 millones y a la Moreno y Clavijo $1.223 millones, mientras que al moribundo Hospital San Vicente de Arauca solo le llegaron 8 millones de pesos.
Con esto quedó evidenciado, la negligencia y el evidente desinterés por parte de la administración del centro asistencial en la búsqueda de soluciones reales a la crisis que se vive en el principal hospital del departamento de Arauca. Es imposible seguir ocultando lo que pasa allí, a los empleados les adeudan tres meses de salario, no hay insumos médicos y lo peor parece que no hay ganas de sacar a la institución adelante.
Si bien es cierto la situación que se tiene hoy es producto de una cadena de errores, donde la Junta Directiva, se prestó para toda clase de exabruptos, no se puede ocultar que también se convirtió en la caja menor a los gobernantes de turno, con la complacencia de los sindicatos, que sólo salieron a revirar cuando ya no hay mucho por hacer, debido a que el paciente se encuentra en estado crítico, con pronóstico reservado y donde con el paso de los minutos se debilitan aún más los signos vitales.
Ahora bien, si la situación financiera es grave, la jurídica es igual o peor. El Tribunal Administrativo de Arauca, en un fallo de segunda instancia, decretó el embargo de las cuentas del San Vicente, debido al incumplimiento de un pago aun particular por haber suministrado elementos y materiales quirúrgicos por valor superior a los 900 millones de pesos. Hoy con justa razón, y luego de esperar varios largos años, esa persona pretende que se le reconozcan unos intereses, por lo que la suma podría sobrepasar los 1.300 millones de pesos. Y para acabar de completar hay una fila de demandas a la espera de ser resueltas, incluso laborales, en las que se pide la misma medida cautelar.
La situación de hospital san Vicente es el producto de las pésimas administraciones, del peligroso y delictivo juego de malversar los recursos de la salud, de las demoras en los pagos por parte de las EPS y sobre todo de la ingobernabilidad que vive el Departamento de Arauca. Por esto a los trabajadores no les quedó otra alternativa que irse al cese de actividades a partir de este 8 de agosto, lo que sería el preámbulo de la eutanasia al moribundo Hospital San Vicente de Arauca.