Para el 2023 se tiene previsto que los establecimientos de régimen simple volverán al impuesto al consumo, el cual había sido suspendido durante la pandemia del COVID, como una forma de garantizar que los negocios pudieran mantener sus clientes y la prestación de sus servicios. Además, pese a la reactivación económica, no había sido implementado. De esta manera, restaurantes, gastrobares y bares tendrán que volver a cobrar dicho impuesto desde el próximo año.
En este sentido, el bolsillo de los colombianos se verá afectado con dicho impuesto desde principios del 2023. De hecho, desde la DIAN comentaron que los negocios tendrán que actualizar el Registro Único Tributario. “Los empresarios que se dediquen exclusivamente al expendio de comidas y bebidas, y que estén inscritos al Régimen Simple de Tributación (RST) deberán actualizar el Registro Único Tributario (RUT), reemplazando la responsabilidad 50 o 57 ‘No responsable del impuesto al consumo’, según corresponda su naturaleza jurídica, por la 33, ‘Responsable del Impuesto Nacional al Consumo’.”
Con lo anterior, los restaurantes, gastrobares y bares deberán actualizar el Registro Único Tributario precisando que son ‘Responsable del Impuesto Nacional al Consumo’ y de esta manera tendrán que empezar a cobrar el impuesto al consumo. En caso de que los negocios no realicen el trámite se verán obligados a ser sancionados por las autoridades.
Siendo así, el impuesto al consumo corresponde a un 8 %, y los negocios asumirán desde el próximo año la responsabilidad de recaudarlo y reportar a la DIAN. De esta manera, los colombianos evidenciarán un incremento al momento de consumir en alguno de estos negocios.
Sobre el tema, Guillermo Henrique Gómez, presidente de Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodres, habló en Caracol Radio y aclaró el panorama del sector de los restaurantes. Además, mencionó las preocupaciones que tienen actualmente.
“Hay que aclarar que el impuesto al consumo solo vuelve para los establecimientos que están en el régimen simple de tributación, los que estaban en el régimen común lo reactivaron el primero de enero. Este es un golpe, porque estamos en una coyuntura de inflación. Nosotros no podemos subir los precios al ritmo que nos suben los costos, porque perdemos clientes. Entonces en la mayoría de las ocasiones tienen los negocios que absorber esos mayores costos para retener a los clientes. Un incremento de estas dimensiones, más todos los ajustes que hay que hacer por el cambio de año, vuelven a poner en jaque a este sector”, indicó.
Por otro lado, sobre los costos de producción mencionó que han subido de manera considerable en varias ocasiones en el último año. “A lo largo del año han subido precios en promedio unas 8 veces. Esto obedece, por ejemplo, a la materia prima que son los alimentos que han pasado de un 35 por ciento a 45 por ciento, eso es de una dimensión altísima. También han subido los arriendos y servicios públicos, y desde enero debemos ajustar el aumento del salario mínimo.”
Finalmente, aclaró que observa un panorama complejo para el próximo año. “Nosotros no tenemos carta blanca para subir precios, tenemos que ser muy cuidadosos para no subirlos, pero ya al final lo hacemos obligados. De tal manera que agregar un 8% a precio de venta para poder garantizar la operación de los negocios hará probablemente que varios tengan que regresar a la informalidad; y muchos van a tener que sacrificar contratación de personal. El panorama no pinta bien. No obstante, las ventas han estado bien a lo largo del año”.
