El gobierno de Joe Biden anunció la medida que beneficiará a migrantes Venezolanos en Estados Unidos, quienes llegaron huyendo de la pobreza, el hambre, las enfermedades y la brutal represión del presidente Nicolás Maduro. La medida fue tomada por el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, el primer latino en este cargo. Así lo confirmó un alto funcionario de la administración Biden. Se trata de una medida de protección por 18 meses, para todos los que puedan demostrar residencia hasta el 8 marzo 2021 o antes. Este permiso permitirá que los venezolanos puedan vivir y trabajar legalmente en la Unión Americana.
El proceso para solicitar el TPS tendrá un costo aproximado de $545 dólares y los que quieran acceder al TPS tienen 180 días para presentar la solicitud junto a documentos que prueben residencia. También quienes apliquen deberán someterse a un chequeo de antecedentes.
De acuerdo con el embajador del Ggobierno interino Venezuela en Estados Unidos, Carlos Vecchio, se estima que aproximadamente unos 300.000 venezolanos residen en la Unión Americana y son elegibles para acceder al beneficio. Según Naciones Unidas, más de cuatro millones de venezolanos han abandonado su país.
El presidente Joe Biden califica como dictador al presidente de Venezuela Nicolas Maduro, y actualmente revisa las actuales sanciones adoptadas por Estados Unidos contra el régimen, en busca de eliminar el acceso de “dinero corrupto” para sostener su gobierno ilegítimo en Venezuela.
De acuerdo con el mandatario, las sanciones unilaterales de los últimos 4 años por parte de Estados Unidos hacia Venezuela no han sido exitosas, y no han alcanzado el objetivo de unas nuevas elecciones democráticas.
Estados Unidos es el tercer país con más inmigrantes venezolanos en el mundo. En total se calcula que en el país hay 351.144 inmigrantes, de esa cifra, 104.000 han solicitado asilo según la Plataforma Regional de Coordinación Interinstitucional creada entre la ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones OIM.
El programa TPS marca un cambio significativo en la política de Estados Unidos hacia los venezolanos, a quienes durante la mayor parte de la administración Trump se les negó protección.
