Este inicio de 2022 ha mantenido una violencia exacerbada en departamentos como Arauca, Cauca y Norte de Santander. Los periodistas que trabajan en esas regiones han sido amenazados en continuas ocasiones, provocando que muchos de ellos deban salir de las regiones para buscar protección fuera del área de influencia de los grupos al margen de la ley.
Las cifras entregadas por la Fundación para la Libertad de Prensa retratan una difícil situación que viven los periodistas de estas zonas del país; de los 160 esquemas de protección entregados por parte de la Unidad Nacional de protección a periodistas, 26 corresponden a comunicadores del departamento de Arauca. Lo que se traduce en casi un 20% del total a nivel nacional.
Para Jonathan Bock, director de la FLIP, los esquemas de protección lejos de ser una solución a las amenazas que reciben los periodistas, han probado ser poco efectivos a la hora de salvaguardarles la vida y que puedan seguir ejerciendo su labor informativa en la región.
“Los periodistas no encuentran soluciones efectivas por parte de la UNP, su reacción es tardía y no ofrece garantías. Es ahí cuando toman la decisión de salir de su región y buscan ayuda en otras instituciones”, asegura Bock.
Además, el director de la FLIP asegura que hay un malestar en algunos periodistas que cuentan con estos esquemas de protección respecto al manejo de datos de localización y los movimientos que se comparten a la UNP. Bock asegura que “es una situación que requiere una profunda revisión, para atender los casos de esquemas efectivos de esta seguridad.”
