En un acto simbólico, durante la ‘Peregrinación por la Paz y la Vida’, firmantes del acuerdo se dirigieron a las víctimas del conflicto en esa zona. Desde el municipio de Pipiral, en el Meta, miembros de la extinta guerrilla de las Farc y participantes de la movilización ‘Peregrinación por la Paz y la Vida’, en donde se exigen garantías de vida para los firmantes, hicieron un acto simbólico, respaldado por la Iglesia Católica, con la comunidad y las víctimas de la denominada ‘pesca milagrosa’ durante el conflicto armado.
«A los habitantes de Pipiral, que fueron tan atormentados con los estruendos de la guerra, les pedimos que nos perdonen por los miedos, angustias, dolores y pérdidas materiales y espirituales que se dieron al reducir su territorio a un campo de batalla. Con el corazón abierto, aceptamos nuestra responsabilidad y reiteramos nuestro compromiso con la verdad», dijo Pastor Alape, delegado al Consejo Nacional de Reincorporación.
Aseguró el excombatiente, durante la actividad, que «hubo acciones injustificables que se alejaron de la práctica revolucionaria que nos guiaba. Pedimos perdón y aspiramos que algún día las víctimas de estás acciones y el pueblo colombiano puedan perdonarnos. Seguiremos sembrando semillas de paz para lograr que algún día podamos abrazarnos como nación entendiendo que somos diferentes».
En ese sentido, el firmante Rodrigo Granda, reconocido como ‘el cancillér’ de la extinta guerrilla, insistió en que «queremos que las nuevas generaciones abandonen cualquier posibilidad de enfrentamiento militar y que tratemos de construir un país grande, generoso, digno de admiración».
En el acto estuvieron alrededor de 60 firmantes, quienes aseguraron que más de 400 copartidarios se encuentran en Villavicencio, con las delegaciones de excombatientes que provienen del Guaviare y Arauca, alistándose para llegar a Bogotá este fin de semana, en el marco de la movilización de rechazo a los asesinatos en su contra.