Amenazas de grupos armados ilegales, intimidación, señalamientos y matoneo por parte de funcionarios del gobierno, y ahora amenazas de muerte recibidas del celular del representante a la Cámara Albeiro Vanegas Osorio, hacen cada vez más difícil ejercer el periodismo libremente.
La información es un deber y un derecho constitucional, pero en Arauca, informar se está convirtiendo en una tarea de alto riesgo. Hoy la sociedad le teme más a los corruptos que a los grupos armados.
Nos sentimos amedrantados por una fuerza, que en silencio, y bajo la mirada cómplice de algunos funcionarios de los entes de control, está carcomiendo las bases y los recursos de nuestra sociedad y pretende acallar a quienes se atreven a denunciar.
No podemos hablar de paz, cuando intentan silenciarnos o asfixiarnos lentamente al mejor estilo mafioso. Desestiman las informaciones y hábilmente intentan interponer una cortina de humo para mostrar una realidad tergiversada, lo que es difícil gracias a la eficiencia de las redes sociales.
Falta a la verdad el Representante Albeiro Vanegas Osorio cuando en medios nacionales dice no haber llamado a los periodistas José Antonio Hurtado Zocadagüí y Oscar Garrid Muñoz López, para sencillamente insultar y ofender. Las pruebas están en manos de la Fiscalía General de la Nación.
Por nuestra parte, seguiremos informando. Damos gracias a nuestros oyentes por confiar los problemas de su comunidad, por informarnos sobre los presuntos malos manejos de los recursos públicos. Seguiremos cumpliendo con nuestra funcion de informar. Esperamos que los entes de control e investigación cumplan con la suya.
