La violencia continúa cobrando vidas en el departamento de Arauca. En las últimas horas fue hallado sin vida el ingeniero en Telecomunicaciones Kevin David Ospina, en inmediaciones del sector conocido como Pozo Andina, jurisdicción del municipio de Tame, luego de permanecer 24 días en poder del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El profesional había sido secuestrado el pasado 7 de diciembre cuando se movilizaba en motocicleta junto a un hombre conocido con el alias de “Raúl Reyes”. Días después, este último fue dejado en libertad y entregado a una comisión humanitaria integrada por la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo, mientras que Kevin Ospina continuó retenido por el grupo armado ilegal.
Pese a los reiterados llamados de sus familiares y organizaciones humanitarias para que se respetara su vida, el ELN decidió asesinar al ingeniero, un crimen que profundiza la ya crítica situación de orden público que enfrenta el departamento y confirma el uso sistemático del secuestro y el homicidio como mecanismos de presión y control territorial.
El asesinato se produjo, además, en medio de un cese al fuego unilateral anunciado por el ELN desde el pasado 24 de diciembre y vigente hasta el 3 de enero de 2026, lo que deja en entredicho la voluntad real de esta organización armada de avanzar hacia escenarios de desescalamiento del conflicto.
Este nuevo hecho de sangre se suma a una cadena de homicidios, secuestros y desapariciones que mantienen a Arauca sumido en una crisis humanitaria persistente, con comunidades atrapadas entre el miedo, la falta de garantías y la débil presencia institucional. Mientras tanto, los crímenes del ELN siguen marcando la cotidianidad de un territorio que clama por protección efectiva y justicia.

