En las recientes elecciones al Congreso de la República los araucanos intentaron renovaron la clase política tradicional, con el surgimiento de nuevos liderazgos, pero con el fantasma de las viejas y conocidas prácticas políticas, principalmente por la presencia del bloque de votantes “connacionales”, que alcanzaría hasta un 10% del total de la votación.
Si bien los congresistas electos, Lina María Garrido, por Cambio Radical y German Rozo por el Partido Liberal, no son nuevos en la política, ya que ambos fueron Concejales del Municipio de Arauca, sí representan por lo menos un estilo distinto, de mucha más cercanía con los ciudadanos, de menos plaza pública, pero con mayor academia, lo que sin lugar a dudas contribuirá a un mejor trabajo legislativo.
Atrás quedaron los candidatos con discursos rancios, la acusación sin fundamento y oportunista, así como los rumores de asociaciones con grupos ilegales. Sin embargo, no pasó lo mismo con la mecánica electoral, con la maquinaria electoral, que ve en la política un negocio y forma de vida. No fue posible que en estas elecciones nos libráramos del trasteo de votos ahora llamado el paquete o “bloque connacional”, que representa a un importante número de ciudadanos colombianos residentes en Venezuela que, motivados única y exclusivamente por el dinero, son direccionados para votar por un determinado candidato.
Movilizar a más de 8.000 ciudadanos para votar requiere un esfuerzo económico y logística gigantesco en transporte, alojamiento, alimentación y pago en efectivo, en la mayoría de los casos. Según dicen los propios votantes, el pago en efectivo sería de 50.000 mil pesos y si a esto se le suma una cantidad igual por los otros gastos, cada voto saldría mínimo en cien mil pesos, por lo que se podría estar hablando de cifras superiores a los 800 millones de pesos, para un caso como el planteado.
Esta situación de facilidad de pasar el río Arauca, ya que en menos de un minuto se está al “otro lado”, bien sea Colombia o Venezuela. A esto hay que sumarle la “pasividad” de las autoridades, que observan impávidos como concentran en viviendas, bodegas y patios a cientos de estos connacionales, que decididamente entran al país a “vender” su voto pese a estar cerrada la frontera, ocasionando un grave perjuicio a los residentes de esta región de frontera y a la democracia en general.
El impacto del voto en Blanco
La gran sorpresa de esta jornada electoral fue la decisión de más de 8.700 personas de votar en blanco, mostrando un directo rechazo a los candidatos participantes en la contienda y su inconformidad con la clase política, situación que quedó en evidencia con la muy baja votación de los candidatos tradicionales, tanto del Partido Liberal como del Cambio Radical.
El voto en banco, logró la tercera mayor votación, por debajo de German Rozo, que obtuvo 12 mil votos y de Lina Maria Garrido, con 10 mil votos. Es decir, no es un asunto de poca monta. El voto en blanco llegó para quedarse y a partir de este momento sería un candidato a vencer, si no hay una renovación urgente de la clase política tradicional araucana.
