Élida Parra Alfonso en una mujer de 33 años de edad, nacida y criada en el municipio de Saravena, una tierra que se fundó con gentes provenientes de diferentes partes del país en la época de los años 60; ella es hija de la colonización del Sarare.
Como digna hija de la colonización, la caracteriza su especial ímpetu y afán de perfeccionismo hacia las cosas que quiere, de ahí que con mucho esfuerzo, y pese a sus precarias condiciones económicas, al término de sus estudios de primaria y bachillerato en su natal Saravena, se propuso estudiar periodismo, y lo hizo a través de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD, donde obtuvo el título de periodismo.
Cumpliendo sus sueños, Parra Alfonso se inició como reportera comunitaria una vez culminado sus estudios en la Emisora Comunitaria Sarare Stéreo, por el compromiso y dedicación hacia los más necesitados. Su esfuerzo y trabajo la convirtieron en pocos años a ocupar los cargos como coordinadora y directora del medio radial en la parte de noticias, oficio que también combinó con la asesoría de proyectos en la parte de salud en el municipio de Saravena, una región golpeada duramente por la violencia, pero donde su gente buena no se deja amilanar.
Servirle a su pueblo y demostrar que la región tiene profesionales para desempeñarse en empresas importantes, la llevó a combinar su pasión en la radio con el trabajo social y aceptar la oferta de trabajo que desde hace ocho meses se le presentó con la firma Concol, contratista del Oleoducto para actuar como Gestora Social del proyecto Bicentenario, labor que consiste en consultar a las comunidades ubicadas en la zona de influencia sobre sus necesidades más sentidas para buscar soluciones de manera conjunta y concertada.
“Élida Parra Alfonso, es una mujer activa, dinámica y extrovertida. Se considera una maniática del orden, rumbera zanahoria. Le gusta mucho las comidas rápidas, la coca cola y compartir su tiempo libre con sus amigos y familia”, así la recuerda su amigo y compañero de trabajo de la Emisora Sarare Stéreo, Emiro Goyeneche.
Esta mujer comparte su vida sentimental con su compañero en unión libre del cual no hay hijos; él compungido busca desesperado a su “gordita Elida”, no comprende por qué y con qué motivos personas extrañas la han separado de sus seres queridos. “Ella sólo le sirve a la gente y recuerda la alegría y dedicación con la que los días sábados prepara y realiza el programa radial “Mimos”, que propende por los derechos humanos de los niños y niñas del país”, esto es injusto, señala pero confío en Dios que ella va a regresar sana y salva y volverá a estar en familia y todos los sábados en su programa”, puntualizó.
Otra de las secuestradas es Yina Paola Uribe Villamizar, de 30 años de edad, una mujer líder por naturaleza, serena pero contundente cuando defiende sus ideales, especialmente cuando se trata de la fauna, flora, las fuentes hídricas del Sarare que la vio nacer.
Su señora madre recuerda que desde niña, Yina amaba la naturaleza, en silencio recorría los bosques vírgenes y siempre llegaba a casa con flores y decía que el mejor regalo de Dios eran las aguas cristalinas del Caño La Pava. Cuando terminó bachillerato en el colegio La Frontera, me dijo: mami deme la oportunidad de ser ingeniera ambiental, con mucho esfuerzo ella logró hacer sus estudios superiores en la Universidad de Pamplona.
Marcela, su hermana menor recuerda que en los planes de Yina Paola nunca ha estado separarse de su tierra. “Aquí hay mucho por hacer y los profesionales Sarareños debemos sacar adelante esta región, debemos demostrar que somos capaces. Quien más puede defender esta tierra que nosotros”, se le escucha decir con frecuencia. Ella no merece esto, dice acongojada.
Luego de cumplir sus estudios universitarios, Yina Paola regresó a Saravena, y tras la búsqueda de trabajo, logró enrolarse como supervisora de proyectos ambientales, que acompañaba en la Secretaría de Planeación de la alcaldía municipal de la localidad.
La familia por la que vela y apoya, recibió con regocijo su vinculación desde hace dos meses al Oleoducto Bicentenario, a través de la firma Itansuca, trabajos que desempeña como Gestora Social del proyecto Bicentenario, que consiste en consultar a las comunidades ubicadas en la zona de influencia sobre sus necesidades más sentidas para buscar soluciones de manera conjunta y concertada a las comunidades de Tame y Saravena donde se desarrolla el proyecto de construcción del oleoducto.
Todo ese esfuerzo y dedicación de estas dos mujeres hoy está truncado tras el flagelo del secuestro que adelantaron el pasado martes obres armados y vestidos se civil que las sacaron de su sitio de residencia en el municipio de Saravena, sin que hasta el momento se tengan noticias de su paradero