El chavismo consolidó este domingo su poder en Venezuela al ganar en 20 de los 23 estados del país, además de Caracas, en las elecciones regionales, unos comicios en los que votó el 41,8 % del censo y que, por primera vez en 15 años, contaron con una Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE).
La oposición pagó muy cara su falta de unidad -que, en caso de haber superado, podía haberle acercado a la victoria en, al menos tres estados más-, además de un lustro llamando a la abstención, lo que ha sembrado la semilla de la desconfianza en buena parte de la ciudadanía.
También les ha pesado duramente la falta de respuestas ante una sociedad que les reclamaba resultados y que solo ha recibido promesas vacías.
En la capital Caracas ganó la exministra del Interior Carmen Meléndez (PSUV), con el 58,93 % de los votos contados, por delante del opositor Antonio Ecarri (Alianza Lápiz), que obtuvo el 15,54 % de los sufragios, mientras que en tercera posición quedó el también antichavista Tomás Guanipa, que compareció con las siglas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Con esas siglas ganaron las elecciones parlamentarias de 2015, la mayor victoria opositora en los últimos años. Esa es otra de las lecturas que deja la jornada, el magnetismo de esas siglas ha perdido su efecto.
Tras conocerse los resultados, el presidente Nicolás Maduro pidió respeto a los resultados de los comicios y celebró la victoria de su partido.
Ā«Mi llamado a todos, ganadores y no ganadores, es a respetar los resultados, es al diálogo político, es a la reunificación nacionalĀ», dijo Maduro desde el palacio presidencial de Miraflores.
A su juicio, la victoria del PSUV ha sido posible por la Ā«perseveranciaĀ» y la Ā«rectitudĀ» de la militancia en su trabajo.