El presidente de EE.UU., Donald Trump, le ordenó al Departamento de Guerra reiniciar las pruebas con el armamento nuclear que posee el país.
“Debido a los programas de pruebas de otros países, he instruido al Departamento de Guerra para que inicie las pruebas de nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Este proceso comenzará de inmediato”, anunció Trump a través de su red social Truth.
Según el mandatario, Estados Unidos cuenta con el arsenal nuclear más grande del mundo.
“Estados Unidos posee más armas nucleares que cualquier otro país. Esto se logró, incluyendo una completa modernización y renovación del arsenal existente, durante mi primer mandato. Debido a su tremendo poder destructivo, ¡me resultó muy difícil hacerlo, pero no tenía otra opción!“, aseguró.
Trump explica que Rusia y China han avanzado, en los últimos años, en este ámbito y ante esto da ordenes para reiniciar las pruebas en igualdad de condiciones con estos países.
Paridad entre potencias
Trump aseguró que esta medida busca poner a Estados Unidos “en igualdad de condiciones” con otras potencias.
No quedó claro de inmediato si Trump se refería a una prueba de armas nucleares o a una prueba de un sistema de armas con capacidad nuclear.
La última prueba nuclear confirmada por Washington ocurrió hace 33 años, y según funcionarios del Pentágono, las nuevas pruebas se realizarían en un área federal del estado de Nevada.
La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares señala que Rusia mantiene el mayor arsenal del mundo, con unas 5.450 ojivas, frente a 5.277 de Estados Unidos, mientras que China tendría cerca de 600.
El aparente giro político de Trump se produce en un momento de gran tensión en la geopolítica mundial, donde la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China evoca la era de la Guerra Fría.
En paralelo, Trump intensifica también las operaciones militares en el hemisferio occidental. En las últimas horas, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, informó sobre un nuevo bombardeo contra una narcolancha en el Pacífico, que dejó cuatro muertos.
Con este ataque, ya son más de 60 las víctimas en lo que la Casa Blanca define como “una guerra no internacional contra el narcoterrorismo”.

