Las disidencias aseguran que se trató de una alianza entre el Estado colombiano y la Embajada de los Estados Unidos «valiéndose de la intimidación y el secuestro de los familiares de una guerrillera, para que traicionara a su pueblo a cambio de que no le pasara nada a sus familiares».
En el mismo comunicado señalan que «la llevó a ubicar una carga explosiva en su sitio de dormida para ser activada mientras descansaba junto a su compañera sentimental».