Eran las 4:00 de la mañana y ya olía a café en «El rancho de Petra Padrón». Las hacendosas mujeres llaneras habían madrugado a tostar el grano, a endulzarlo y molerlo, para ofrecérselo, con una amplia sonrisa a todo el que iba llegando allí, a la plazoleta de la Asamblea Departamental, un aromático y recién colado café llanero.
Así comenzó la celebración de este Día Departamental del Llanero en el municipio de Arauca: como se acostumbra en el hato, como se hace en la sabana, entregándole a los peones antes de salir al trabajo de llano, su pocillo de café, para unos cerrero, para los más jóvenes «guayoyo», pero de la forma que sea, es la bebida que les permitirá adelantar las faenas del día.
Y es que precisamente la jornada del día departamental del llanero, fue bastante extensa: donde se cumplió un acto protocolario al interior de la Duma Departamental, en el que fue reconocido por todos los diputados y algunas autoridades, al licenciado Diego Fermín Linares Castejón quien en el año 2001, hace 17 años exactamente, fuera el ponente e impulsor junto a otros cultores llaneros, de esa idea que se convirtió en ordenanza y que hoy, no solamente celebramos los araucanos, sino que también fue acogida a nivel nacional por ley del Congreso como la fecha en que se conmemora y se reconoce a la cultura llanera.
Esta casa radial exalta el trabajo realizado por el licenciado Diego Linares y por todos aquellos que soñaron, apostaron y ganaron con la promoción de nuestra idiosincrasia, de nuestra progenie y cultura bravía, que hoy más que nunca, ensancha nuestros pechos y nos enorgullece aún más de ser llaneros.
Este fue un día departamental netamente cultural. Se exaltó el talento llanero, el talento local; fueron muchos los folkloristas que desfilaron por las diferentes tarimas dispuestas a lo largo de la carrera 20: el licenciado Oscar Quintero, el maestro Arcesio Portela, la talentosísima Lizbeth Cueto y un sin número de representantes de esa creatividad que tiene el llanero para componer, versar y contrapuntear.
A pesar de que todas las instituciones no hicieron presencia con las acostumbradas casetas de otros años, si hubo algunas qué desbordaron toda su creatividad al momento de representar esos espacios criollos en los que los llaneros de sabana acostumbran a departir.
Algunas de ellas fueron la Fundación El Alcaravan junto a la OXY, que mostraron todas las bondades del cacao, a la vez que promovían la presentación de artistas locales en una buena tarima adaptada para tal fin; por supuesto no podía faltar el stand de la gobernación de Arauca, representado con una caballeriza en la que se hallaba una gran mesa y muchas sillas, junto a un fogón de leña y sobre las topias, en una olla, hervía lentamente un delicioso café llanero.
También estuvo el «Fundo Asedar», la caseta de los maestros del departamento de Arauca, en la también hubo conjunto y cantores llaneros permanentemente; la Cámara de Comercio hizo presencia apoyando la legalidad, apoyando una naciente empresa araucana; el Ejército Nacional no podía quedarse atrás, como tampoco la Policía Nacional, tambien ellos se unieron a la celebración.
Finalmente cerraba este recorrido, la tarima de la Alcaldía de Arauca, en la cual se disfrutó del buen joropo en todos sus ritmos, en todas sus expresiones: contrapunteado, en pasaje, seis por derecho, gabán y pajarillo.
Tampoco podemos olvidar loas delicias gastronómicas que se ofrecieron; el espacio instalado con saltaron, carrusel y otras atracciones para los niños; las maravillosas artesanías expuestas, resaltando las realizadas por las progiosas manos de nuestros aborígenes, sin menospreciar el trailer temático de Oral Araucano.
Entre los aspectos para resaltar de esta actividad, está la organización y distribución del espacio, aunque para algunos estuvieron «apagadas», talvez porque no se vieron desde tempranas horas en la vía, personas ebrias.
Este Día Departamental del Llanero en su versión número 17, particularmente estuvo enfocado a resaltar los cantos de vaquería, reconocidos por la UNESCO como patrimonio intangible de la humanidad.
En este sentido, la actividad se centró alrededor de un improvisado pero resistente corral construido en una de las zonas verdes del parque principal, la cual esperamos sea dejada en las mismas o mejores condiciones que estaba antes del evento, donde también desde tempranas horas de la mañana, fueron acondicionadas las vacas que fueron ordeñadas mientras los competidores entonaban sus cantos.
Ha caído la tarde y la actividad pasa a la tarima principal ubicada a un costado de la Asamblea Departamental; aperturan el acto los niños de la Academia Arpegios del Arauca, de la licenciada Patricia Mantilla Unda, que demuestran su talento desde muy pequeños al ejecutar majestuosamente los instrumentos autóctonos del llano.
Así se fueron presentando poco a poco todos los artistas, tanto especiales como locales, frente a un público que cada vez era más y más nutrido; sin embargo, el lunar de la noche tuvo que ver con la designación y clasificación de los espectadores, que algunos medios de comunicación dieron a conocer a través de las redes sociales.
Y es que la organización del evento dispuso de una silletería, justo al frente de tarima y a la cual se accedía con manillas que fueron entregadas de forma selectiva a «invitados especiales».
Sin embargo el equipo periodístico de esta casa radial, pudo comprobar que existía una amplia zona de silleteria dispuesta para el público en general, la que entre otras cosas se quedó corta para la cantidad de asistentes al evento.
En términos generales podemos decir que el balance de este día departamental del llanero, arroja de manera positiva la participación y presentación de los cultores araucanos, tanto del baile como del canto del joropo, aunque también pudimos conocer que a la Academia Rienda, Bozal y Cabresto, ganadora del Joropódromo de Villavicencio, le habían llamado la noche anterior para cancelarles su presentación, por darle espacio a otro grupo.
Total, hubo comida, bebida, encuentro, aprendizaje, historia y un sin fin de aspectos tanto positivos como negativos, pero que giraron todos alrededor del folclore llanero que por primera vez podemos decir, tuvo el realce merecido tanto para los artistas vinculados, como para el público asistente, que recibió una gran dosis de canto y baile, ratificando que Arauca es y será, la Tierra del Joropo.
