Diferentes posiciones han surgido entre los diputados de la Asamblea de Arauca tras conocerse las iniciativas de entregar condecoraciones a la emisora comunitaria Sarare Stereo y a las juntas JUNCALI y JACUP. Las propuestas fueron radicadas por los diputados Fernando Ramírez y Pablo Rojas, respectivamente.
Un corporado, que pidió reserva de su nombre, afirmó que la iniciativa los tomó por sorpresa y expresó su desacuerdo al considerar que las entidades postuladas “no tendrían el mérito suficiente” para recibir una distinción oficial. Se conoció igualmente que en la mesa directiva tampoco habría consenso para apoyar las propuestas.

Tras consultar a varios diputados, la mayoría manifestó no estar a favor del reconocimiento, aunque aseguraron mantener relaciones cordiales con los proponentes y evitar fricciones dentro de la corporación. Solo uno de ellos admitió sentirse presionado por las posibles repercusiones de no respaldar la condecoración.
El debate también se trasladó a voces del Sarare y del piedemonte araucano. Algunos líderes cuestionaron el papel de la emisora Sarare Stereo, señalando que —según ellos— “se convirtió en un instrumento para ideologizar a la comunidad y está estrechamente ligada con organizaciones sociales del departamento”. Uno de los consultados agregó que la emisora “no opera como una radio comunitaria, sino como una herramienta mediática de sectores sociales y grupos afines ideológicamente”, y cuestionó la ausencia de denuncias sobre hechos relacionados con el ELN.

La propuesta de condecorar a JUNCALI y JACUP tampoco pasó inadvertida. Fuentes consultadas indicaron que ambas juntas estarían fuertemente vinculadas a organizaciones sociales y que, en su criterio, han sido utilizadas como mecanismos de presión social y económica frente a las compañías petroleras de la región. Aseguran además que su influencia es tal que, para acceder a oportunidades laborales en el sector petrolero en Arauca, sería necesario contar con su visto bueno.
En este contexto, la Asamblea deberá decidir si entrega o no las distinciones. Por ahora, dentro de la corporación predomina la cautela y el temor a las eventuales repercusiones políticas de rechazar las propuestas, más que un consenso sobre los méritos de los postulados.

