En su posesión como presidente de Colombia, Gustavo Petro, en frente de miles de personas le pidió a los grupos armados ilegales dejar las armas. “Pero convocamos, también, a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones”, señaló.
Esto cuando uno los grupos armados más temidos como el Clan del Golfo ha venido perpetrando asesinatos con el denominado “plan pistola” a la Fuerza Pública en el país.
“Que la paz sea posible. Tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado. Se puede. Cumpliremos el Acuerdo de Paz, seguiremos a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad y trabajaremos de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la Paz, y así será recordado”, dijo en su discurso.
Como eje central el dialogo en las regiones donde los ciudadanos de los territorios más alejados se sientan escuchados “Para que la paz sea posible en Colombia, necesitamos dialogar, dialogar mucho, entendernos, buscar los caminos comunes, producir cambios”.
Enfatizó que la paz es posible si se cambia la política contra las drogas por una política de prevención del consumo; además, de lograr la igualdad creando “riqueza para todos y todas” con una reforma tributaria que genere justicia.