No colmó la expectativa la realización de la fiesta del Día de la Araucanidad en la emblemática Avenida Ciudad de Arauca el pasado 4 de diciembre, evidenciándose que la asociación necesita con urgencia una renovación.
El aguardiente, la cerveza y los borrachos predominaron, convirtiéndose la avenida en una cantina abierta, porque no hubo mucho que ver en cuanto a folclor y muestras culturales y el legado de nuestros ancestros, lo que evidencia que todo está más que perdido.
Se necesita una renovación urgente de la junta directiva de la asociación, porque nunca se ha tenido una rendición de cuentas de la inversión que hacen las administraciones, tanto departamental como municipal, aparte de lo que representa el negocio del cobro de los puestos de los vendedores que año a año se encarga de comercializar los productos y la gastronomía porque es lo único que se tiene para mostrar.
Las críticas por la realización del evento son cada año, porque no se tiene una renovación, y por el contrario la programación va en decadencia, no hay motivación ni incentivos para que se vuelva al proyecto que se concibió desde un comienzo.
Un ejemplo claro, es que no se tenga una guía, reseña o historia del Día de la Araucanidad. Su junta, incluso no tiene una sede propia donde al menos se tenga un historial fotográfico de lo que ha sido el evento año a año, como sí lo tiene el festival Vallenato, pareciera y según los críticos, que es la inmensa mayoría de araucanos es que el evento estuviera convertido en un negocio de familia.
Muchos se atrevieron a señalar que el próximo año las cosas serán diferentes, porque en Arauca hay un museo de historia llanero, pero solo tiene eso, el nombre porque no hay una alegoría que muestre lo que es nuestra idiosincrasia, lo de esta raza llanera.
Por si no fuera suficiente con todos los desaciertos del día, la noche la cerraron con broche de oro, pues el plato fuerte de la jornada se dio hacia las 8:45 de la noche en la tarima principal, a un costado del Caño Córdoba donde fue la presentación de la parte folclórica, donde se tenía previsto la coronación de la Reina Popular Santa Bárbara de Arauca, “porque Arauca sí tiene reina” una iniciativa que tuvo un grupo de Araucanos de organizar el evento ante la negativa de la junta de fiestas de adelantar el evento con la excusa de la falta de recursos y porque la frontera estaba cerrada.
Según lo que expusieron los miembros del comité de reinado popular fue que la señora Gabriela Anave, presidenta de la Asociación Avenida Ciudad de Arauca los había citado para las 9:00 de la noche para disponer de una hora de coronación y cuando las candidatas habían llegado al sitio del evento, se dio la excusa que la citación era a las 6:00 de la tarde.
Lo cierto de todo esto es que este punto causó indignación entre los organizadores y las mismas autoridades, a la que se había dado cita el mismo gobernador, privando la señora Anave a los araucanos de poder presenciar este evento, porque se cree la dueña de la Avenida Ciudad de Arauca.
Como cosas de Dios, el mal actuar de los organizadores de la Avenida Ciudad de Arauca hizo que luego del incidente se presentara un corte de energía que se prolongó por un periodo de tiempo largo, lo que hizo que los medios de comunicación, -que eran en su mayoría- suspendieran la transmisión por el actuar de la junta de fiesta de la Avenida Ciudad de Arauca, que incumplió en la palabra empeñada a los organizadores del reinado popular.
En una tarima improvisada, a los organizadores del reinado popular les tocó coronar a la nueva soberana al otro extremo de la Avenida Ciudad de Arauca, muy cerca a la Notaría Única en medio de una fiesta y el jolgorio de los participantes que pasadas las 10:30 de la noche aún se mantenían en medio del trago en la avenida.
Algo que ha quedado claro es que las cosas deben cambiar, pues Arauca es más que una cantina abierta en medio de unas cuadras, y de estas experiencias se debe aprender para mejorar.