En el marco de las denuncias reveladas por el exsenador Gustavo Bolívar sobre una presunta red de trata de mujeres en el Congreso, el presidente de la Cámara David Racero señaló que hasta el momento no han recibido ninguna denuncia por casos de trata de blancas o abuso sexual en el legislativo. Esto teniendo en cuenta que solo el 3% de las víctimas de acoso y abuso sexual en el ámbito laboral denuncian en el país.
“Se debe a una lógica de miedo, de terror, hay un tema de poder detrás y no lo vamos a negar. Hay un machismo cultural estructural arraigado, pero de ahí a yo tener conocimiento sobre trata, sobre abuso, sobreexplotación, puedo decir que no tengo conocimiento”, afirmó el presidente de la Cámara.
Al respecto, María José Pizarro, presidenta de la Comisión para la Equidad de la Mujer, presentó el “Protocolo integral para la prevención y orientación institucional frente a conductas de violencia sexual, en el ámbito laboral y contractual, en el Congreso de la República – Senado de la República y Cámara de Representantes.
Según la senadora, puesto que se trata de un entorno de poder que puede limitar o inhibir el hecho de que las mujeres y las personas que han sido víctimas de violencias de abusos y de acoso hagan sus denuncias, se implementarán medidas de orientación y empoderamiento.
A través de este mecanismo lo que se busca es que las víctimas puedan sentir el empoderamiento y el espacio seguro en el que se encuentran para poder tramitar sus denuncias ante la Fiscalía y ante la Corte Suprema de Justicia, que son las entidades responsables de investigar a servidores, senadores y congresistas.
Así mismo, Pizarro señaló que “hay una cláusula que se va a incorporar en los contratos de trabajo para que servidores públicos firmen un compromiso y una obligación de no incurrir en delitos sexuales en el congreso de la República”. E hizo un llamado al ministro del Interior, Alfonso Prada para que priorice la ley de violencia política contra las mujeres.
De acuerdo con el protocolo, la prevención se desarrollará a partir de 3 ejes puntuales: sensibilización, socialización y capacitación.
La sensibilización, que corresponde a un “proceso de influencia comunicativa a distintos niveles, individual, grupal y social, donde el objetivo general sea promover o ajustar actitudes, o percepciones, que faciliten una reflexión generadora de cambios comportamentales, los cuales se conviertan en actitudes favorables a la diversidad cultural, y por ende a las personas y colectivos que la conforman”.
La socialización, que hace referencia al “proceso mediante el cual una persona interioriza la cultura de su grupo y gracias al cual los miembros de una colectividad aprenden y hacen propios los modelos de la sociedad en que viven”.
Por su parte, la capacitación se llevará a cabo a través una “actividad sistemática, planificada y permanente cuyo propósito general es preparar, desarrollar e integrar a los recursos humanos que se encuentren desarrollando una actividad laboral determinada y más aún conectada al sistema productivo”.