Intensos combates se registraron anoche en zona rural del municipio de Saravena y en el piedemonte araucano, donde se enfrentan las disidencias de las farc y el Eln que dejan hasta el momento un saldo de 25 personas muertas. Los combates entre se reportan tanto en territorio colombiano como en Venezuela. En medio de esa confrontación murió en el Nula, Estado Apure, el Segundo comandante del Frente Domingo Laín Sáenz del ELN, Álvaro Padilla Tarazona, alias “Mazamorro”, quien había sido capturado por las autoridades en el año 2011 y hace poco tiempo recuperó su libertad.
Para el Comandante de la Fuerza de Tarea Quirón, del Ejército Nacional, Coronel Carlos Carrasquilla Gómez, los enfrentamientos obedecen al control de las economías ilícitas, especialmente de los recursos de contrabando de combustible y del narcotráfico.
El alcalde de Arauquita, Etelivar Torres en diálogo con Caracol Radio manifestó que la situación es muy compleja y pidió al presidente, Iván Duque; al Alto Comisionado para la paz y a los organismos de derechos humanos hacer presencia en la zona para frenar la violencia que se presenta en la región. Reveló que este lunes 3 de enero a primera hora se va a realizar un consejo de seguridad para evaluar la compleja situación de orden público y adoptar los correctivos que sean del caso.
Por su parte la Defensoría del pueblo aseguró que la confrontación entre grupos armados ilegales pone en riesgo inminente a la población civil, y que en las últimas horas se han presentado homicidios, amenazas, retenciones ilegales, desplazamientos masivos y riesgo de desplazamiento forzado en municipios de frontera, específicamente en Tame, Fortul, Saravena y Arauquita.
Por último el Obispo de la Diocesis de Arauca, Monseñor Jaime Abril, ante la difícil situacion dijo que: “exigimos respetuosamente, pero con toda firmeza, que se deje a la población civil por fuera de las confrontaciones y hostilidades, aplicándose en todo el Derecho Internacional Humanitario”. Así mismo el alto jerarca de la iglesia pidió que “se preste la debida asistencia a los heridos, que se respete la vida e integridad de los heridos y se de trato digno a los cuerpos de los fallecidos”.