Las Farc y el ELN se aliaron para atacar a la fuerza pública en el departamento de Arauca. El caso más reciente se dio la noche del lunes en el municipio de Puerto Rondón donde los uniformados fueron atacados con diferente tipos de armas, reconoció en una rueda de prensa el comandante del departamento de policía, coronel Wilson Bravo Cárdenas.
Según el oficial, el hecho terrorista habría sido ejecutado en coordinación con integrantes del ELN y la red de apoyo al terrorismo de la Columna Móvil Alfonso Castellanos del Frente 10 de las Farc, al mando de Omar Guevara Rivera, conocido con el alias de “Franklin Morales”.
Precisó el coronel Bravo Cárdenas, que alrededor de 30 subversivos que vestían prendas de uso privativo de las fuerzas militares, y armamento de largo alcance se desplazaron de manera sigilosa por las paredes de las casas de la población, quienes alertaron a los uniformados de una posible emboscada, repeliendo en ataque terrorista de los irregulares.
Por su parte, la comunidad consultada por Noticias Caracol, en llamadas a Noticias Caracol manifestaron que cerca de 80 subversivos rodearon el pueblo, mientras otros 20 incursionaron por las calles disparando contra la fuerza pública y pintando graffitis alusivos al 49 aniversario de las Farc.
Dijo el coronel Bravo Cárdenas, que las tropas, tanto del ejército como de la policía, fueron atacados con el lanzamiento de cilindros bombas, ráfagas de fusil y de granadas tipo M-60, por parte de los subversivos quienes estaban apostados en el sector del embarcadero del río Casanare y la diagonal a la manga de coleo.
Aclaró el oficial, que los valerosos hombres del ejército y la policía, repelieron el ataque, y que dentro de las filas subversivas se registraron algunos heridos que fueron evacuados por los mismos guerrilleros que emprendieron la huida.
Dijo el alto oficial, que esta escalada terrorista, se ha dado en conmemoración de los 49 años del grupo subversivo de las Farc, quienes igualmente implementó consignas alusivas a ese grupo terrorista en las paredes de residencias de caseríos y algunos municipios del departamento, causando indignación entre los habitantes, quienes de manera temprana retiraron los grafitis de sus paredes.
