Debido a lo apretada que se encuentra la agenda legislativa en este cierre de legislatura, la mesa directiva de la Cámara de Representantes anunció que citarán a sesión plenaria el próximo lunes festivo, 10 de junio. Una medida poco convencional pero que responde de a la necesidad de arrancar con el último debate de la reforma pensional.
La coordinadora ponente del proyecto, la representante Martha Alfonso, es consciente de estas dificultades. De hecho calificó como una ‘mala noticia’ que esta semana no arrancara el debate: “quedamos convocados para la próxima semana, el día lunes, para poder avanzar en el debate, y eso nos reduce cada vez más el tiempo y el oxígeno para la aprobación de esta reforma”.
El proyecto debe superar la totalidad de este último debate y luego la conciliación de textos entre Senado y Cámara antes del 20 de junio. De no ser así, se hundirá. Quedan dos semanas en las que, además, se debe elegir al contralor general.
La estrategia de la oposición
Los sectores de la oposición, que han mostrado abiertamente estar en contra de esta reforma, saben que el Gobierno no tiene fácil poder sacar adelante este último debate de la reforma y, en consecuencia, han empezado a poner en marcha una estrategia para complicar aún más el trámite. Lo primero fue que el Centro Democrático interpuso una tutela pidiendo que se suspenda la discusión por falta de garantías.
En paralelo, y debido a que producto del estatuto de la oposición cada legislatura las fuerzas declaradas en oposición al Gobierno tienen derecho a establecer el orden del día en 3 ocasiones, han determinado que estas fechas sean el 5 de junio, que acaba de pasar, y el 13 y 19 del mismo mes. Son jornadas que iban a ser clave para avanzar con la reforma pensional, pero que ahora se destinarán a otros proyectos que determinen los partidos opositores.
El Gobierno y los promotores de la reforma en Cámara dicen que confían en que podrán culminar con el trámite para que se convierta en una realidad. Sin embargo, reconoció la congresista Alfonso que “nos preocupa que la mesa directiva haya tomado de manera tan relajada el agendamiento de esta reforma”.