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Así vivimos en las regiones, según el censo

La población de Bogotá migró a la sabana, en el Valle del Cauca hay más mujeres que hombres y el Viejo Caldas se envejece. Los departamento de la Orinoquía tuviron crecimiento, entre ellos Arauca revela en Dane a comparación del censo del año 2005. Tomado de El ESPECTADOR.

 

Aunque Bogotá sigue siendo la ciudad más grande del país, también fue la que perdió más habitantes hace dos años. Ese fue uno de los datos que arrojó el censo nacional de población y vivienda que realizó el DANE en 2018 y cuyos resultados fueron divulgados el pasado jueves. De acuerdo con la operación, en la capital viven más de 7,1 millones de personas, pero un 26,6 % adicional dejó su hogar en 2017 para trasladarse principalmente a municipios cercanos en Cundinamarca.

“Bogotá ha sido una ciudad altamente expulsora de la población hacia municipios aledaños como Funza, Madrid, Chía, Zipaquirá y Mosquera, donde se evidencian crecimientos de la población de dos dígitos al comparar las cifras de 2005 con 2018”, aseguró el director de la entidad, Juan Daniel Oviedo, cuando se le preguntó por el porcentaje de emigración que equivale a ocho veces el promedio de las demás ciudades.

Y esta no es la única migración que reflejan los registros de más de 44,1 millones de personas que fueron consultadas por la autoridad estadística del país. El censo también evidencia alta movilización en Antioquia (7,3 %) y el Valle del Cauca (5,6 %). Asimismo, las ciudades que más recibieron personas que otros departamentos fueron Cundinamarca (17,2 %), Bogotá (14,9 %) y Antioquia (8,1 %).

Sin embargo, aún es necesario que el DANE ajuste estas cifras, ya que la encuesta de calidad de vida del año pasado permitió determinar que al menos cuatro millones de personas quedaron por fuera de la medición por dificultades logísticas y presupuestales, lo que significa que en realidad somos más de 48,2 millones de personas. El mismo ejercicio debe replicarse a nivel departamental, una cifra que la entidad entregará en las próximas semanas junto con el boletín técnico de resultados y los anexos o cuadros de salida de la información.

Después de la capital, los departamentos más grandes por número de habitantes son Antioquia (5,9 millones), Valle del Cauca (3,7 millones), Cundinamarca (2,7 millones) y Atlántico (2,3 millones); mientras que el menor tamaño lo tienen Vaupés (37.690), Guainía (44.431) y San Andrés y Providencia (48.299).

Otra de las lecturas que se pueden hacer con los resultados del censo tiene que ver con el crecimiento de la población. Si se compara el total de personas con los resultados de la medición de 2005 se tiene un incremento nacional de 6,5 %. Un mapa de calor entregado por la entidad permite identificar que las regiones de Orinoquia, Amazonia y al menos dos terceras partes de la Pacífica.

En un ejercicio propio, El Espectador calculó la variación de la población de estos departamentos para 2018 respecto a la de 2005, utilizando las cifras absolutas del censo anterior, y encontró que Guainía, Vaupés y Vichada tuvieron las mayores variaciones: 136, 89 y 72 %, respectivamente. También tienen crecimientos importantes Arauca (57 %), Amazonas (41 %) y Casanare (35 %). Por el contrario, cae la cantidad de personas que viven en Nariño (11 %) y en menor medida las de Boyacá, Tolima y Valle del Cauca (6 % cada una).

Pero los cambios no solo están relacionados con la cantidad de personas. También aumentó la relación de mujeres en el país. El censo nacional determinó que este grupo tiene una participación de 51,2 % en el total de la población, seis puntos porcentuales por encima de las proyecciones que se hicieron para 2018 con base en el censo de 2005 (50,6 %). Además, hay por lo menos ocho departamentos que están por encima de ese promedio y los tres primeros (Valle del Cauca, Bogotá y Risaralda) tienen participaciones que superan el 52 %. Oviedo destacó que de hecho las entidades territoriales con más mujeres son también las que tienen niveles más altos de desarrollo. En contraste, en Guaviare y Vichada los hombres representan más del 53 % de la totalidad de los ciudadanos censados.

Si se mira por edades, el grueso de la población se clasifica como joven, entre 14 y 28 años (26,1 %), pero los cambios importantes suceden en la primera infancia y en la población de más de 65 años. En el primer caso, aunque la proyección elaborada con base en el censo de 2005 estimaba una participación de 10,5 %, en realidad esta es de apenas 8,4 %. En el segundo, la participación de 8,1 % adultos mayores que se preveían aumentó a 9,1 %, jalonado por la situación en Quindío, Caldas y Risaralda, donde hay más de 60 mayores por cada 100 jóvenes.

Respecto a la forma en que vivimos, el DANE determinó a través del censo que más del 77 % de la población de país habita en las cabeceras municipales, es decir, en las capitales de los departamentos, apenas 7,08 % lo hacen en centros poblados (áreas de mínimo 20 viviendas contiguas ubicadas en áreas rurales, pero con características urbanas) y 15,88 % en zonas campesinas, que se caracterizan por tener casas dispersas con explotaciones agropecuarias y acceso limitado a servicios públicos.

En todas las categorías, aunque con mayor incidencia en las cabeceras, creció la cantidad de hogares en comparación con los que se contaban hace 14 años, con una variación de 34,7 %. Esto se explica, en gran parte, según Oviedo, en el hecho de que el número de personas por hogar cayó de 4 a 3,08, pues Colombia, al igual que otros países en el mundo, migra hacia la conformación de hogares unipersonales y familias con menos hijos.

Del mismo modo crece la cantidad de hogares que viven en apartamentos, al pasar de 24,8 a 32,7 %, a pesar de que la mayoría de las personas, tanto en 2005 (68,6 %) como ahora (61,5 %) viven en casas. También se redujo la cantidad de hogares tipo cuarto de 5,1 a 4,3 %. En el total nacional estas unidades residenciales se caracterizan por una alta cobertura de servicios de energía eléctrica (96,3 %) y acueducto (86,4 %), pero por una menor penetración en internet (43,4 %) y gas natural (66,8 %).

Una vez se divulguen el resto de los resultados se podrá acceder a esta misma información desagregada por localidades y comunas, incluso para las tres principales ciudades del país. También están pendientes los datos a nivel de territorialidad étnica, que serán revelados una vez la entidad y las organizaciones indígenas, raizales y gitanas analicen los resultados censales en el comité que se constituyó el pasado 3 de julio.

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